jueves, 9 de septiembre de 2010

El mejor negocio del mundo

Creciendo en gracia es un negocio re groso (como dirían mis amigos argentinos). El dueño de esta empresa se hace llamar el Anticristo y se pudre en plata, y es que su negocio es todo un éxito. El Anticristo o José Luis de Jesús Miranda (para los amigos) es un empresario de un éxito incalculable, posee varios relojes rolex valuados cada uno en más de $ 10000, posee, entre otros carros de lujo, un BMW M6 Convertible que cuesta la friolera suma de $146000, percibe un salario de $98000 que va en aumento, una casa que parece 10 casas en el barrio más exclusivo de Miami, un televisor que es un cine, un avión privado cuyo valor es tan obsceno que no puedo ponerlo en este post. José Luis no es el único, la cienciología, otra empresa multimillonaria, genera millones y millones de dólares, es una organización extendida por toda Europa y Estados Unidos, actores de Hollywood difunden el mensaje lo que la vuelve muy mediática y muy rica. Un caso más cercano es el de Alfa y Omega que es la versión peruana de otra empresa que puede, si sabe marquetearse mejor, alcanzar estándares de productividad sorprendentes, por ahora, en comparación con las dos empresas anteriores, Alfa y Omega es mucho más humilde, sólo tiene varios locales por el Perú y algunos en Costa Rica. En esta empresa peruana, el gancho religioso es un mensaje galáctico revelado a Luis Antonio Soto Romero, el divino primogénito solar de Cristo.
Para formar una empresa como estas, no importa en que creas, puedes creer en el diablo, en Dios, en una ángel en particular, en la tierra, en la luna, en las plantas, en un fantasma, en un elegido, en los marcianos, en los extraterrestres en general, en una idea, en una cosa, en una filosofía, en una ideología, en el pasado, en el fututo, en un pan, en una pedazo de oro, en una roca que cayó del cielo hace mil años, en una pintura, en una escultura, en una cinta de video, en una cinta de audio, en un libro, en un país, en una historia, en tu abuelo, en tu madre. Puedes creer en cualquier cosa, puedes llamar a tu secta como te dé la gana, Adoradores de Lucifer, de Seth, Adventistas del Séptimo Día, Alfa-Omega, Asociación Arqueosófica, Benevolente Misionera, Desbautizados, de Estudios Psicológicos y Espirituales, Comunidad de Brujas Ibéricas, de la Gran Águila, del Amor de Cristo, como te dé la gana. No importa que vendas, como llames a lo que vendas, hay un montón de gente que quiere comprar un producto, no importa que sea bueno, el estándar de calidad no es muy alto, estas personas están predispuestas a creer, quieren creer, son creyentes, y si le puedes dar algo en que creer se sentirán regocijado y agradecidos ($$$).
Crear una Iglesia es el mejor negocio de todos, no hay falla, no hay forma en la que tu compañía quiebre, hay millones de ingenuos que buscan creer. La gente ni siquiera quiere algo serio, cree cualquier cojudez que le digas. Le puedes decir que eres Jesús-hombre, que eres el cordero divino marciano, que el libro que escribiste de ficción en realidad no lo era, sino que era purita verdad. Puedes decir que los extraterrestres vienen. Puedes hacer que te den su plata, que te den sus mujeres. Puedes vacacionar en Miami, en París, en Egipto y difundir la palabra de Dios.
Imagínate lo que puedes hacer con dinero, imagínate si sabes la forma de cómo puedes obtenerlo, ¿acaso no irías por aquello que te mereces? Sal a la calle, forma tu negocio, sé un hombre, no hay nada que te dé tanta rentabilidad. Ni siquiera tienes que crear un gran producto, la gente quiere que le digas algo, que después de sus miserables vidas van a ir al cielo, van a vivir eternamente y no morir como simples animales, sino que la vida eterna les espera a la vuelta de la esquina.
Le propuse este formidable negocio a mi primo Fonsi, pero a él le dan achaques moralistas. Le dije que podríamos volvernos millonarios, que podríamos hacer de este negocio una transnacional, que podríamos aplicar conceptos modernos de administración de empresas a este tipo de negocios. Le dije que esto era más rentable que el narcotráfico y más seguro, más rentable que vender armas y menos carga moral de que la gente se termine matando, más rentable que las farmacéuticas y sin invertir tanto dinero. Pero él me dijo que no, porque no es que no le gustara el dinero, es más, es fanático del dinero, sino que no se sentiría bien engañándole a la gente. Prefiere engañarse a sí mismo siendo católico y dándole su plata a la Iglesia en los óbolos, donaciones que cumple religiosamente.
Yo soy tímido, no sé si pudiera agarrar el valor para convencer a la gente de que les estoy diciendo la verdad, de que soy el mesías o de que tengo la verdad absoluta de algo. Pero no tengo ningún impedimento moral. Si la gente quiere creer, ¿por qué no darle algo para creer? ¿Y si ganas dinero con eso?, mejor.
A propósito, mi primo Flavio se mostró bastante interesado con este proyecto. Es que mi primo es un viajero nato. Ha tenido enamoradas que viven en el fin del mundo. Para visitar a la última, tiene que viajar en el micro como 2 horas y media, creo que se llama Sofía y supongo que la debe querer mucho para viajar tanto (yo, nica). Flavio está interesado en este proyecto, talvez porque desde pequeño y hasta ahora le gusta viajar, y hacer una transnacional religiosa debe ser la mayor experiencia que un viajero pueda tener.

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