sábado, 18 de septiembre de 2010

Asuntos pendientes

Asuntos pendientes

Prometo coger el primer avión e irme. Prometo que nada ni nadie me detendrán. Prometo respirar profundo y no tener miedo. Prometo ser un cometa, veloz como la luz, ardiente como el sol. Prometo vivir al límite sin que nadie me imponga su moralidad. Prometo no dejarme humillar ni vituperear. Prometo ser lo suficientemente conchudo para volar sin preocupaciones. Prometo escribir sin parar, contar sin pudor, respirar la deliciosa sensación de la libertad.

Prometo masturbarme sin preocupación. Prometo hacer el amor con total desinhibición. Prometo cantar con mi mala voz. Prometo rasgar la guitarra en la calle a las 2 de la madrugada. Prometo no tener asuntos pendientes. Prometo mirar el sol en la playa, mientras espero que la luna salga. Prometo caminar descalzo. Prometo caminar descalzo por tu espalda. Prometo que meteré mi pudor en un cajón. Prometo que me fumaré un troncho en tu ausencia. Prometo que seguiré buscando mis propias huellas. Prometo respirar y exhalar y conversar y reír y protestar y lanzar piedras y llorar algunas noches y ver tv y lavar la ropa y botar la ropa.

Prometo seducir al mundo. Prometo girar por los rincones de tu alma. Prometo verte en cada mujer que conozca. Prometo que no me importarán los recuerdos. Prometo ser honesto conmigo mismo. Prometo que no mentiré. Prometo que jamás seré de alguien. Prometo que vagaré y que todos verán mi luz. Prometo amar al mundo. Prometo que jamás sentiré envidia. Prometo, nuevamente, que ya no tendré asuntos pendientes.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Poema

Tu silencio me saca el alma
Me introduce las hormonas
la libido cuadrática de tu piel
se erecta bajo la sensación de mis besos
bajo el silente reposar de los vacunos
en tan trágica nostálgica te deseo como un animal de caza
como un vampiro me desquicio por tus finales corpóreos
por esta trabazón de los recuerdos
que como un epitafio inunda la taberna de mi memoria.

Te agradezco mi propia muerte
Comparto contigo mi prisión
Mi libertad es para descifrar los lugares ocultos de tu sexo
Mis palabras son para adornar tus pies desnudos
¡Qué tan triste silencio entre los árboles?
¡Y qué despertar de estos días en que te cuento un poema
En Que te despierto con una canción?.

Te agradezco mi propia muerte
Sobre todo la inocencia de mi voz y tu silencio
Tu taciturna ironía que seduce a mi ebrio corazón.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El mejor negocio del mundo

Creciendo en gracia es un negocio re groso (como dirían mis amigos argentinos). El dueño de esta empresa se hace llamar el Anticristo y se pudre en plata, y es que su negocio es todo un éxito. El Anticristo o José Luis de Jesús Miranda (para los amigos) es un empresario de un éxito incalculable, posee varios relojes rolex valuados cada uno en más de $ 10000, posee, entre otros carros de lujo, un BMW M6 Convertible que cuesta la friolera suma de $146000, percibe un salario de $98000 que va en aumento, una casa que parece 10 casas en el barrio más exclusivo de Miami, un televisor que es un cine, un avión privado cuyo valor es tan obsceno que no puedo ponerlo en este post. José Luis no es el único, la cienciología, otra empresa multimillonaria, genera millones y millones de dólares, es una organización extendida por toda Europa y Estados Unidos, actores de Hollywood difunden el mensaje lo que la vuelve muy mediática y muy rica. Un caso más cercano es el de Alfa y Omega que es la versión peruana de otra empresa que puede, si sabe marquetearse mejor, alcanzar estándares de productividad sorprendentes, por ahora, en comparación con las dos empresas anteriores, Alfa y Omega es mucho más humilde, sólo tiene varios locales por el Perú y algunos en Costa Rica. En esta empresa peruana, el gancho religioso es un mensaje galáctico revelado a Luis Antonio Soto Romero, el divino primogénito solar de Cristo.
Para formar una empresa como estas, no importa en que creas, puedes creer en el diablo, en Dios, en una ángel en particular, en la tierra, en la luna, en las plantas, en un fantasma, en un elegido, en los marcianos, en los extraterrestres en general, en una idea, en una cosa, en una filosofía, en una ideología, en el pasado, en el fututo, en un pan, en una pedazo de oro, en una roca que cayó del cielo hace mil años, en una pintura, en una escultura, en una cinta de video, en una cinta de audio, en un libro, en un país, en una historia, en tu abuelo, en tu madre. Puedes creer en cualquier cosa, puedes llamar a tu secta como te dé la gana, Adoradores de Lucifer, de Seth, Adventistas del Séptimo Día, Alfa-Omega, Asociación Arqueosófica, Benevolente Misionera, Desbautizados, de Estudios Psicológicos y Espirituales, Comunidad de Brujas Ibéricas, de la Gran Águila, del Amor de Cristo, como te dé la gana. No importa que vendas, como llames a lo que vendas, hay un montón de gente que quiere comprar un producto, no importa que sea bueno, el estándar de calidad no es muy alto, estas personas están predispuestas a creer, quieren creer, son creyentes, y si le puedes dar algo en que creer se sentirán regocijado y agradecidos ($$$).
Crear una Iglesia es el mejor negocio de todos, no hay falla, no hay forma en la que tu compañía quiebre, hay millones de ingenuos que buscan creer. La gente ni siquiera quiere algo serio, cree cualquier cojudez que le digas. Le puedes decir que eres Jesús-hombre, que eres el cordero divino marciano, que el libro que escribiste de ficción en realidad no lo era, sino que era purita verdad. Puedes decir que los extraterrestres vienen. Puedes hacer que te den su plata, que te den sus mujeres. Puedes vacacionar en Miami, en París, en Egipto y difundir la palabra de Dios.
Imagínate lo que puedes hacer con dinero, imagínate si sabes la forma de cómo puedes obtenerlo, ¿acaso no irías por aquello que te mereces? Sal a la calle, forma tu negocio, sé un hombre, no hay nada que te dé tanta rentabilidad. Ni siquiera tienes que crear un gran producto, la gente quiere que le digas algo, que después de sus miserables vidas van a ir al cielo, van a vivir eternamente y no morir como simples animales, sino que la vida eterna les espera a la vuelta de la esquina.
Le propuse este formidable negocio a mi primo Fonsi, pero a él le dan achaques moralistas. Le dije que podríamos volvernos millonarios, que podríamos hacer de este negocio una transnacional, que podríamos aplicar conceptos modernos de administración de empresas a este tipo de negocios. Le dije que esto era más rentable que el narcotráfico y más seguro, más rentable que vender armas y menos carga moral de que la gente se termine matando, más rentable que las farmacéuticas y sin invertir tanto dinero. Pero él me dijo que no, porque no es que no le gustara el dinero, es más, es fanático del dinero, sino que no se sentiría bien engañándole a la gente. Prefiere engañarse a sí mismo siendo católico y dándole su plata a la Iglesia en los óbolos, donaciones que cumple religiosamente.
Yo soy tímido, no sé si pudiera agarrar el valor para convencer a la gente de que les estoy diciendo la verdad, de que soy el mesías o de que tengo la verdad absoluta de algo. Pero no tengo ningún impedimento moral. Si la gente quiere creer, ¿por qué no darle algo para creer? ¿Y si ganas dinero con eso?, mejor.
A propósito, mi primo Flavio se mostró bastante interesado con este proyecto. Es que mi primo es un viajero nato. Ha tenido enamoradas que viven en el fin del mundo. Para visitar a la última, tiene que viajar en el micro como 2 horas y media, creo que se llama Sofía y supongo que la debe querer mucho para viajar tanto (yo, nica). Flavio está interesado en este proyecto, talvez porque desde pequeño y hasta ahora le gusta viajar, y hacer una transnacional religiosa debe ser la mayor experiencia que un viajero pueda tener.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sherezade


 

Han paso demasiados años para mí

los días han desmontado su melancólica ironía

y el amor que es una acción difícil

ha derramado la tristeza

el lodazal infinito

como algo tan simple

como algo que no es de aquí.


 

Solo quiero un día de amor

un día donde puedas decir mi nombre sin ecos

donde no te fijes en nada más

solo dormirnos a la luz de la vela

sin repeticiones lacónicas

o héroes anónimos que me despierten lleno de sudor

cada noche.


 

Busco un cielo estrellado y cantarte Sherezade

vida mía

sé que a veces eres una niña en calma

tú eres estos versos

que vuelan en el vacío de mis palabras.


 

A veces prefieres esa mujer en tu almohada

yo entiendo de tus dientes

pero hay días que prefiero los suspiros galopando en mi pecho

días que el atardecer me dice que eres tú quién seduce los desiertos

la que seduce mi calma.


 


 


 

Hija de la paz


 

Te gritaron por la calle: Lesbiana de mierda

y viste Madrid por un telescopio

miraste tu corazón hecho sartén

tus unicornios pastando calma

tu hígado con ritmo y son negro

y harta de guerra perdonaste a los niños del metro

que lloraban de hambre

entre arbustos columpiaste tu alma

y le dijste a tu madre

soy hija de la paz.


 

Te gritaron por la calle

sudaca

y tú hiciste una mueca diciendo

madre de dios, hijo de pan

en la trastienda nadie me ha visto

yo soy hija de la paz

soy como las mujeres de tu vida

a veces lloro,

a veces rio.


 

Te fuiste por un hueco

decidiste ir al infierno

un hombre negro lamió el diamante

y fuiste, en aquella tarde flamígera,

acordeón de presas pequeñas

y juntaste las manos pidiendo soñar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Paul Fernández

Paul es extraño, aunque no más que yo. Todavía conservo aquel título egregio, sigo siendo el más extraño de mi casa, de mi barrio, talvez de mi ciudad, posiblemente de mi país y a falta de parangón, quizás del mundo. Pero Paul, a excepción de mí, es la persona más extraña que conozco, y aunque conozco a poca gente, creo esto, talvez porque soy un crédulo de excepción.

El humor de Paul es extraño. Trata a Víctor como si él le debiera algo y Víctor le responde como si le fuera a cobrar algo. Paul y Víctor gozan en joderse, aunque en esto, Paul usualmente tiene más éxito. Paul es extraño porque no es lo que aparenta, ya que cuando hablé por primera vez con Paul, pensé que era un tío tímido y cohibido, pero resultó siendo una persona cuyo humor es focalizado pero desenvuelto. He llegado a pensar que sólo yo entiendo sus bromas. Aunque talvez Karina también las entienda. Sin embargo pienso que no mucha gente lo hace, solamente aquellos tan extraños como él. Karina también es extraña, pero de ella hablaré en otro post.

Paul, Víctor y Karina son extraños, pero Paul es el más extraño, aunque no más extraño que yo. El humor de Paul es infrecuente, me gusta conversar con él, o mejor dicho me gusta escuchar como jode a Víctor, me gusta cuando pone sus vídeos en inglés con mensajes subliminales en español, como una de Moby: Why does my heart feel so bad?, el cual supuestamente dice ¿Cuál es mejor? ¿Gris o beige?
No puedo decir que alguien como Paul este en todos lados. Ciertamente, he conocido un montón de locos desquiciados, pero Paul es otro tipo de loco, es un loco agradable, su humor no es el fácil, sino el que te deja pensativo. Yo lo conocí y al inicio me parecía que era un sobrado, todos en el salón lo pensábamos. Estudio en la UPC en un programa llamado EPE. Para integrarnos fuimos a jugar fútbol, le dijimos para ir, pero el respondió que no le gustaba el fútbol. Sí, lo sé, ya había dicho que Paul es extraño.

Creo que Paul tiene algún desorden del sueño, lo que lo hace más extraño, en plena clase, sobre todo de matemáticas, súbitamente se quedaba dormido. A Paul le gusta dormir en clase, es más, a mí me ha comentado que duerme mejor en clase que en su propia cama. Yo lo he intentado, pero creo que no soy tan extraño para dormirme en una carpeta. Hasta ronca cuando duerme.

Me agrada Paul porque, aunque la educación que ha recibido no estuvo centrada en letras, tiene bastante habilidad para pensar y reflexionar, creo que le hubiera ido muy bien si hubiera estudiado algo de ciencias humanas o sociales. Paul es una caja china, saca sorpresas increíbles. Paul no es retraído. Paul es bastante desenvuelto si lo sabes entender. Paul me agrada porque es extraño. Porque es poco común. Porque siento que no es hipócrita.

Al inicio pensé que Paul y Karina eran enamorados, porque Paul solo hablaba con ella. Después me di tiempo para conocerlos y comprobé que no eran enamorados, sino que buenos amigos. Recién se habían conocido en ese ciclo y se compenetraron, ya que ambos vieron en el otro lo que yo no había visto, sino hasta después. Yo conocí primero a Víctor, que también es extraño, pero menos que Paul y más que Karina. Los cuatro formamos un grupo para un curso llamado Seminario de Investigación y me sentí muy augusto con ellos, aunque hubiera sido mejor si Víctor no hubiera copiado su parte de otros autores, por aquello casi nos eliminan del curso. Me sentí bien con Karina. Me sentí bien con Paul. Todos somos extraños, de diferente manera, pero extraños al fin y al cabo. Yo el primero, Paul el segundo, Víctor el tercero, Karina la cuarta.

viernes, 20 de agosto de 2010

Jugando a las escondidas

F es mi primo. N es su ex enamorada. N y F se quieren, pero no están juntos. Muchas otras personas no se quieren, pero están juntas. F dice no tener pretensiones. N utiliza una metáfora críptica para desatar al monstruo que duerme. F es el monstruo que duerme, pero su falta de persistencia, su desgano agónico, lo mantienen como espectador del Facebook, a veces comenta, pero siempre se pregunta:

- N, ¿qué pretendes ahora?

N diría, pretendo que no pienses más que en mí. F está saturado, no cree que el amor sea como en Las desventuras del joven Werther, el amar tanto hace daño y el amor se termina volviendo una acción contraproducente. F y N están jugando a las escondidas, queriéndose a la distancia, deseando estar juntos, pero lo difícil del amor en estos tiempos es sobreponerse al ego.

Si yo fuera F, le diría a N que siento mucho ser tan idiota, que a partir de ahora me voy a preocupar más por ella, que voy a dejar de ser tan indiferente. Si yo fuera F, haría esto porque en el fondo sé que N es una buena chica, inteligente y simpática, y aunque un poco histérica, vale la pena seguir pa’ lante. Si yo fuera N, me disculparía por ser tan histérica, tan perfeccionista, tan empática, le diría que a partir de ahora trataría de decirle qué me molesta y no lo dejaría solo cuando se trata de descifrar mis estados de ánimo. Haría esto porque sé que F me hace sentir segura, protegida y por breves momentos, los cuáles me gustaría prolongar, muy querida.

F y N deberían estar juntos y dejarse de cojudeces. Creo que las claves del éxito de una relación son 1) la comunicación y 2) la tolerancia. Con respecto a la comunicación, F se queja de que N nunca le dice qué le pasa y se molesta sin decirle el porqué. Con respecto a la Tolerancia, N y F opinan pestes de la religión del otro. Esto hizo que N y F no pudieran construir una relación sólida, porque ni se comunicaron ni se toleraron. ¿Es que el amor no lo puede todo? ¿Es que el amor no es suficiente?

Yo conozco bastante a F y el me dijo que quiere mucho a N, jamás me había dicho algo así. Yo estoy seguro que F sigue enamorado de N, pero su ego es muy grande para pedir disculpas y aceptar que ha fallado. Por los comentarios de N en Facebook, me doy cuenta de que quiere todavía a F, pero también su ego es muy grande para pedir disculpas y aceptar que ha fallado. N y F están jugando a las escondidas. N y F están apesadumbrados. N y F son parcos, lacónicos. Deberían decirse la verdad sincera y redonda. Evitar el sarcasmo puro, porque del amor al odio… No sería justo que terminen odiándose.

Si N y F no están juntos ahora, no es por falta de amor, sino porque no supieron comprenderse, dialogar, tolerarse. Una relación de pareja no es nada fácil. Mi esposa y yo somos muy felices. No digo ni que yo sea una mansa paloma ni que mi esposa es un angelito. Ella tiene ciertas actitudes que me desquician y yo soy fosforito. Pero hemos sabido doblegar nuestros egos, hemos decidido permanecer juntos y lo estamos logrando. No digo que lo hemos logrado, porque eso sería conformarse, siempre hay más por hacer.

Yo deseo sinceramente que N y F estén juntos otra vez. Si N quiere a F, todo lo demás queda en segundo plano, justos no tienen que pagar por pecadores, cada quien busca su destino, me refiero a la familia de N. Si F quiere a N, todo lo demás queda en segundo plano, no hay unión más sagrada que la que forman una mujer y hombre en busca de su felicidad, me refiero a la familia de F.

Si ambos se quieren, por favor, dejen de jugar a las escondidas.

martes, 17 de agosto de 2010

Estoy en huelga

Estoy en huelga de hambre, estoy en huelga de palabras, estoy en huelga de ganas, de omisiones, de elisiones, en huelga de seres fantásticos, de dolores, de pensamientos subalternos, de mujeres histéricas, de colores fuertes, de miradas que se resguardan en el calor del desván. Estoy mirando el reloj que se desliza a una velocidad inaudita. Estoy mirando las escaleras que se pierden mientras bajan. Estoy oliendo el pavimento que consume nuestro mundo, silencioso.

Estoy en huelga de vacas, de cerdos, de venados, de animales de granja. Estoy en huelga de matar, de dormir, de jugar, de llorar, de gritar. Estoy en huelga del aborto, de los nacimientos, de los poemas y de las historias. Estoy en huelga del equipaje, de las maletas, de pagar impuestos, de trabajar, de escribir mil palabras por minuto, tres mil palabras por segundo, de aguantar la respiración, de reanudarla. Estoy en huelga de mí mismo, protesto contra mí mismo.

Y sin embargo, esta sensación espuria, este nacimiento que me evade como un acróbata, son las terminaciones nerviosas de los miles de inventarios judiciales, flexiones de ángulos opuestos, como las manijas del reloj hacia el este y norte, sin la posibilidad de una curvatura que nos brinde la aproximación.

En la actividad absoluta del que deshace los gritos agónicos del fin, estoy en huelga de palabras, lánguido como el cielo y sus delicadas maniobras que enarbolan mi color, mis vértebras adoloridas. Asfixio la posibilidad, el prometer, el sustantivo, la religión suprema que nos ha llevado a estos desencuentros.

No existe nada, progresamos a la velocidad que nos impone el destino. Sin la medicina moderna ya hubiera muerto. Ya hubiéramos muerto muchos. Mi generación es una colección de epitafios. Mi generación ha sido destruida sin que haya nacido.

Estoy en huelga de palabras, de más palabras…

viernes, 13 de agosto de 2010

Canto por Jiménez

Odio España por ser cristiana

Amo España por ser cuna de María Jiménez

Odio España por parir españoles

Amo España por haber parido a María Jiménez

Odio España por sus guerras fuera de España

Amo España, sólo por María.


Entre odio y amo, prefiero amar la mejor voz del mundo

La mejor voz de mi mundo

Chiquito, pequeño, inocente y pretérito

Entre yo odio, prefiero que tú ames

Prefiero dirimir nuestras diferencias en rendición.


Amo España, porque es mejor rendirse al amor

Odio España, aunque la ilógica no sea mi curso fuerte

Amo tu amor y odio este sentimiento triple

Entre tú, yo y el destino.

Si pudiera me despojaría de este odio

Si pudiera te rendiría culto

Me dolería tu dolor

Te reviviría

el que habla, el que canta

Mataría al que odia España y premiaría al que la ama

Haría de los dados amigos de mi copa

Amaría tus pies

Arriconaría tus manos

Te hablaría de que el amor partió del odio

Y que el odio quedó en desuso.


Odio España, mi querida María

Odio España como un Nazi a un judío

Odio España como un banquero a los comunistas

Odio España como la Antárdida al cambio climático.


Amo España como Dante a su amada

Amo España como Vallejo a España

Amo España porque tu voz es española

Amo España con un amor obsceno, mi querida María.

viernes, 6 de agosto de 2010

¿Progreso?

La idea que voy a defender en este post es que el artículo publicado por el presidente Alan García Pérez en el diario El Comercio en el 2007, titulado El síndrome del perro del hortelano, no puede ser definida como una idea progresista ni como una visión particular de progreso, sino todo lo contrario, como una idea retrograda, y por lo tanto, antiprogresista.

Progreso usualmente se define como aquello que representa una mejoría. Esta definición, aunque parezca para muchos clara y satisfactoria, realmente no lo es. Cuando nos referimos a un estado mejor, lo hacemos con respecto a la comparación entre un hoy y un ayer. Es decir, cuando decimos que hemos progresado nos referimos a que estamos mejor hoy de lo que estuvimos ayer. Por lo tanto, progresaré, que es el futuro imperfecto de progresar, significa que estaremos mejor mañana de lo que estamos hoy. Para definir progreso, entonces, tenemos que definir qué es estar mejor, y todo qué debe ser expresado por un quién; por lo tanto, el progreso solo podrá ser definido por un quién particular.

Otro problema que trae la comprensión de la palabra progreso, eludiendo el problema de quién según qué valores va a priorizar qué cosas, es si podemos establecer una concepción de progreso que sea ética (como sinónimo de bueno). Si nos imaginamos que alguien expresa una concepción de progreso inmoral, por ejemplo, progreso es matar a los judíos, como lo hizo Hitler, nos daremos cuenta que por definición, esta última idea es imposible, ya que si hacemos de la palabra progreso una acción éticamente inválida, nos desviamos del sentido que queremos asignarle a la palabra progreso como algo bueno. El progreso, entonces, en un sentido político, debería implicar una acción que se acerca cada vez más a lo que es justo, y lo justo debe construirse como dice Santiago Alfaro, dentro de un Estado-nacional, pero no del antiguo Estado-nacional, sino de uno que afirme 1) el repudio a la vieja idea de que el estado es posesión de un solo grupo, 2) el rechazo de las políticas de reconstrucción nacional a partir de una sola cosmovisión y 3) el reconocimiento de la injusticia históricamente cometida, esto en referencia a la discriminación y violencia que hemos ejercido a los pueblos más vulnerables.

Después de lo expresado, y con respecto a lo ocurrido en Bagua (hace más de un año de aquello), no creo que el Estado peruano tenga una idea de progreso, porque considero que una idea de progreso no pueda ser éticamente inválida. Para demostrar esta última aseveración me centraré en lo que mencioné líneas arriba: “el reconocimiento de la injusticia históricamente cometida”. Se menciona en la frase anterior la palabra injusticia. Santiago Alfaro nos dice que para construir una mejor ciudadanía (progreso) tenemos que reconocer lo que fue injusto; es decir, lo que no era justo. Una idea de progreso no puede propugnar una idea injusta. No podemos decir que una idea de progreso es mantener una monocultura, racista y clasista. Nelson Manrique refiere, en unos de sus libros, esta actitud en el Estado Peruano, donde ser indio es sinónimo de sucio e ignorante.

El perro del hortelano, propuesta del presidente Alan García para una reconstrucción nacional, no puede ser una idea progresista, si en primer lugar, no empezamos por reconocer que el problema de discriminación y sometimiento fue originado por una clase dominante que vio al indio como un ser marginal. No podemos construir un país moderno con el Estado-nacional antiguo. Toda aquella idea de progreso debe estar inscrita en una perspectiva de multiculturalismo e interculturalidad. Cuando decimos que progreso es aquella vieja idea ilustrada de homogenización, lo que hemos expresado es una idea de antiprogreso, por llamarla de alguna manera.

En el enlace de abajo podemos leer el artículo titulado El perro del hortelano, publicado en el diario El comercio por el presidente Alan García Pérez.

martes, 3 de agosto de 2010

Bésala ya

En la tercera acepción que figura en el DRAE, badulaque es un adjetivo que significa persona necia y/o inconsistente, quedémonos con persona necia. Un adjetivo calificativo expresa una cualidad de alguna entidad. Badulaque, entonces, es un adjetivo que va a acompañar a un nombre pero que puede ser accidental o esencial. Es decir, una persona puede ser un badulaque en un momento dado, pero no serlo en la mayor parte de su vida y otra persona puede ser un badulaque esencialmente, un badulaque a tiempo completo, a tal punto que si dejara de ser un badulaque se sentiría otra persona, no sé si mejor o peor, pero, otra persona.

Ganso, en su tercera acepción, es un adjetivo que significa hombre malcriado, torpe e incapaz. Dejemos de lado malcriado y centrémonos en torpe e incapaz. Por otro lado, amartelamiento es un nombre masculino que significa exceso de galantería o rendimiento amoroso, de aquí, amartelado es un adjetivo que implica o demuestra amartelamiento. Es decir, un hombre amartelado es aquella persona que por exceso de galantería se vuelve un badulaque y un ganso esencial. Badulaque, porque toda su parafernalia verbal convierte su intento amoroso en una tropelía, en una ilusión, en una falsa apariencia, lo que lo convierte en una persona necia, ya que como dice Victoria Santa Cruz, toda exhuberancia esconde una carencia, y es que el exceso de galantería es una acción contraproducente que te lleva a la bofetada (como sabiamente nos dicen Los bacilos). Ganso, porque esta actitud nos lleva a ser tan torpes y tan incapaces que jamás obtenemos lo que queremos, no solamente besar a la chica más deseada de todas, sino todo lo que viene detrás, las caricias y, después de un tiempo, si te vi alguna vez, ya no te recuerdo.

Los bacilos nos recomiendan que besemos ya a aquella chica que nos gusta y que, en buena jerga criolla, dejemos de florearla, que le metamos mano. Yo soy recontra Ganso y recontra Badulaque, pero no soy un amartelado, yo padezco, como el Dr. Rajesh Ramayan Koothrappali, personaje de ficción de The Big Bang Theory, de mutismo selectivo. Pero tanto los amartelados como los que son como yo, no logramos nuestro objetivo que es conquistar a una chica, besarla. James Bond, por ejemplo, es una mierda, generalmente después de haberle dicho dos frases previas a una chica de infarto, le baja el calzón si es que ella ya no se lo ha bajado previamente, y aunque la franquicia original de James Bond no es pornográfica, si esta lo fuera, de ahí continuaría un coito furioso y salvaje, y poco después, si te vi no me acuerdo, disculpa que voy a poner mis órganos sexuales en otro hueco.

Toda aquella tontería de enamorar a una chica aprendiéndose poemas, siendo delicado, siendo atento, no sirve para nada. He aprendido que lo que las chicas quieren es que le muestres el menos interés posible, ya que el poco interés de tu parte es inversamente proporcional al interés que ella va a sentir por ti. ¿Quieres levantarte a la chica más simpática del cole, de la universidad, del barrio, del trabajo? Trátala como una chica más, que te sea indiferente, háblale pero no muestres excesivo interés, deja el floro innecesario y ve de frente a los labios, muéstrate seguro, que no te importe mucho ella y que más te importe el momento. No sé por qué, no sé cómo, pero aquello funciona.

miércoles, 14 de julio de 2010

Lo que dejó el Mundial

Siempre me ha gustado el fútbol. El fútbol es el deporte que más me ha emocionado. El fútbol es una de esas cosas maravillosas que aún quedan en el mundo. No me refiero al último mundial que por cierto fue un asco, sino a la mística futbolera que creo puede resurgir algún día. Creo que el resumen que el mundial nos deja es que aún Pelé y Maradona, en ese específico orden, siguen siendo los máximos exponentes del fútbol.

Maradona como entrenador es una mierda, en realidad, es una mierda completa en todo lo que hace, como hombre, como marido, como ser vivo siquiera. Pero para suerte de Maradona, hizo una sola cosa bien y aquello lo encumbró como una de las estrellas más luminosas del firmamento humano. Es increíble, pero suele suceder, los genios generalmente hacen todo mal, menos aquello que hacen muy bien. Haber visto a Maradona jugar, debió haber sido una sensación sublime. Verlo en el mundial de 1986 debió haber sido una experiencia fuera de este mundo. La elegancia al llevar la pelota, de acariciarla, de adherirla a su cuerpo, de desprenderse de ella fue, simplemente, asombrosa.

A excepción de Pelé y de Brasil de 1970, y gracias youtube, jamás en mi vida vi a un jugador tan bueno como Maradona. Dicen que Messi es el nuevo Maradona, pero fracasó en el Mundial de Sudáfrica 2010. Maradona es incomparable, no creo que un país como Argentina tenga la suerte de que nazca dos veces alguien como Maradona. Sería una suerte descomunal. Es como pensar que en Brasil nazca alguien como Pelé. En Brasil hay muy buenos jugadores, extraordinarios jugadores, pero Pelé es inigualable, incluso mejor que Maradona, aunque aquello es una discusión larga.

¿Quién es mejor? ¿Pelé o Maradona? Sigue siendo una pregunta actual. Ni Messi ni Kaká ni Cristiano Ronaldo pueden siquiera acercarse a lo que hicieron estos 2 monstruos. Y es que el Mundial te da la gloria. La gloria no se consigue en la Champions, la gloria no se consigue en la Libertadores, la gloria no se consigue ni en la liga española ni en la inglesa ni en la italiana. La gloria no se compra en un discobar ni ni en una discotienda ni en el supermercado. La gloria no está ni en las playas de Marbella ni en el Caribe ni en algún lugar donde el sol broncee la piel hermosa de jovencitas ardientes por una aventura con el jugador del momento. Al mundial le pertenece la gloria, la gloria solo se puede conseguir en el mundial, y a este no le importa ni el marketing ni las chicas ni el dinero en el banco. Si quieres la gloria tienes que demostrarlo jugando 7 partidos, ser el mejor de tu equipo, siendo decisivo en los momentos claves, haciendo los goles más fantásticos como si fuera fácil hacerlos y ganar el mundial para tu equipo. Sólo pocos jugadores han logrado aquello. Dentro de aquel selecto grupo, Pelé y Maradona son los mejores. Pelé en México 70 y Maradona en México 86.

España fue el campeón, pero el balón de Oro (premio al mejor jugador del mundial) no fue para un jugador de ellos, sino fue para el uruguayo Diego Forlán, que sin ser un jugador excepcional, fue el más regular del mundial de Sudáfrica. Esto quiero decir que si bien es cierto España fue un justo campeón, ninguno de sus jugadores logró destacar. España fue un equipo regular y lamentablemente eso es suficiente para ser campeón en la actualidad. Pero ni Iniesta ni Xavi Hernández ni Villa, le llegan a los talones ni a Pelé ni a Maradona.

Ojalá que en Brasil 2014, algún jugador pueda igualar a estos dos monstruos. Espero esto por el bien del fútbol.

jueves, 1 de julio de 2010

Sueño americano

Siempre he visto que en las películas gringas una pose habitual en los escritores es escribir una novela en algún café. Ahora, este post lo escribo desde Starbucks, y eso es suficiente para sentirme parte integrante del primer mundo. Es más, me siento sofisticado y menos cholo, si entendemos por cholo, el andino chabacano y chicha. Este post servirá para blanquearme; es decir, la situación de tomar café mientras escribo, me hace sentir cosmopolita, auténtico, etéreo, externo, eterno y feliz.

Me he gastado como 30 soles en algunos gustitos. La elemental aritmética me dice que S/. 30 x 30 días = S/. 900 por mes. Yo no gano esa cantidad de dinero. O sea que me jodí. Seré un escritor frustrado, porque no tengo S/. 900 en la cartera. Es más, me he endeudado hasta las cejas para comprarme esta Laptop, para comprarme esta humilde laptop desde donde les escribo.

He descubierto que en Starbucks me inspiro más, gano más moral, tengo más inventiva, soy otra persona, pero ¿Qué hacer si no tengo S/900 por mes? Talvez hable con los dueños de este local, talvez si les digo que en mi novela Starbucks es un escenario esencial, acepten auspiciarme. Talvez si les digo que estoy escribiendo un novelón espectacular, una novela que será más grande que cualquiera de Thomas Mann, que todas las de Gabriel García Márquez, que después de publicada mi novela, Vargas Llosa será el número 3 de Perú (primero yo, después Vallejo), que Günter y Saramago, serán chicles pegados en mi suela, talvez si les digo todas esas cosas, vean en mí, vean en mi interior lo que seré en breve tiempo, un escritor de polendas, el elegido, la carta blanca de Latinoamerica, un escritor universal, ¡Qué Rimbaud ni que ocho cuartos! ¡Qué Oscar Wilde! ¡Qué William Shakespeare!

El delicado sonido de Jazz sale por los parlantes, el objetivo es relajarme, y lo estoy, sino fuera porque de rato en rato siento los cláxones de las combis, Custer, ticos, taxis diversos, 4 x 4 conducidos por meros machos, carros del último año y de los últimos cuarenta; si no fuera por los innumerables Toyota Tercel, Corolla y Yaris que inundan Lima; si no fuera por todo aquello, me sentiría en París, New York, Roma, Tokyo, Hong Kong, Bangkok.

Solamente el olor de Lima me desagrada, cuando entro en Starbucks, me desconecto de aquel olor nauseabundo de Lima, si no fuera por tanto cholo que entra acá, tanto cholo con dinero, me sentiría absolutamente relajado y en paz, y podría emprender aquel proyecto de mi novela. Como Moro, me gustaría escribir mi novela en francés, el español es un idioma simple, poco emotivo y solidario; el francés es maravilloso, musical, totémico, atrevido. Odio el español porque es símbolo de atraso, Starbucks es una palabra extranjera y elegante. Francés, inglés, no importa cuál, pero español no, español jamás.

Le presentaré algunas páginas a los dueños de Starbucks en el Perú. Voy cinco páginas, pero la calidad de mi novela es sorprendente. Inicia mejor que Cien años de soledad, mejor que cualquier novela conocida. El tema, ni qué decir, trata sobre aquello que todos quieren contar, pero nadie sabe cómo. He leído muchas novelas y sorprendentemente ninguna trata sobre lo que voy a contar.

También soy poeta, y voy escribiendo a la par una novela y un poemario. Tengo que admitir que solo Trilce e Iluminaciones están a la altura de mi poemario. ¡Qué Walt Whitman! ¡Qué Federico García Lorca! ¡Qué Pablo Neruda¡ Solo Vallejo y Rimbaud están a mi altura, solo con ellos podría dialogar.

900 soles. Monedas sobre monedas. Un genio que necesita desarrollarse, ¿debe contar con el apoyo de los centros de café del mundo? En Starbucks, me siento fuera del Perú. Siento como si me hubieran dado mi green card, me siento un sujeto cosmopolita y tengo toda la fuerza del mundo. Estoy decidido a que este Starbucks de los Frutales sea mudo testigo de una de las más grandes proezas del ser humano, solamente comparable con el alunizaje del 69, comparable con el campeonato de Brasil en el mundial de fútbol en 1970. La mejor novela y el mejor poemario escritos en 30 días. Si no tengo S/. 900, menos S/ 1800. Solamente 30 días, en el caso de que los dueños de Starbucks sean tan ciegos de no apoyarme, dispongo para culminar mi novela y mi poemario.

Gracias Dios, porque existe STARBUCKS.

lunes, 28 de junio de 2010

La enamorada de mi primo, mi primo, mi esposa y yo

La enamorada de mi primo me cae muy bien, aunque ella crea firmemente en lo que yo firmemente no creo. Y este no es un asunto menor. Siempre tendemos a querer que la gente piense como nosotros; sin embargo, este no es el caso, porque tanto mi primo, su enamorada, mi esposa y yo, creemos en cosas tan diferentes que en otros tiempos nos hubiéramos matado.

La enamorada de mi primo cree en Dios, yo no creo en Dios, mi esposa es agnóstica. Mi primo cree en el Dios de los católicos, el cual es el mismo en el que cree su enamorada, pero bajo otra interpretación, a mi esposa le parecen ambas posturas legítimas y a mí todo esto me parece un cuento chino. Mi esposa cree más en el diablo, porque es acluofóbica; a mi primo le gusta la noche, porque es insomne; a mí me gusta dormir después de medianoche y la enamorada de mi primo llega a su casa, cuando yo ya estoy durmiendo.

Somos muy distintos, pero si nos parecemos en algo, es en nuestra firmeza de carácter. Tenemos valores y convicciones sólidos. Y todo esto no nos impide dialogar y ser amigos. Admiro esto del ser humano. Admiro que a pesar de que en el mundo haya mucho imbécil, también existan personas que puedan dialogar sin tratar de convencerse de que portan la verdad absoluta. Ciertamente, a mí me gustaría que la enamorada de mi primo, mi primo y mi esposa vieran las cosas como las veo yo, pero de ninguna manera trataría de imponer mi verdad, porque tampoco me gustaría que ellos lo hicieran conmigo. Cuando hablo con ellos me siento muy tranquilo conmigo mismo, recobro la fe en la humanidad, descubro que la tolerancia es posible, que podemos hablar, aunque pensemos en cosas muy distintas.

Yo cuando me molesto exploto, mi primo trata de guardar silencio, mi esposa utiliza la ironía, nunca he visto a la enamorada de mi primo molesta, pero, por lo que me han contado, es muy temperamental. Es decir, si no fuera por la tolerancia, nuestra amistad sería un espejismo, ya que nos acabaríamos despellejando. Una vez, cuando estábamos en el carro de mi primo, él le dijo a su enamorada que era una fanática cuando trataba de defender su religión, y ella le contestó que si fuera fanática, jamás hubiera estado con él, porque su religión es bastante estricta con eso. Mi primo calló, como reconociendo la sensatez de las palabras de su enamorada, y yo comprendí que lo que me gustaba de estar con ellos es que esta situación ponía a prueba mi tolerancia. Sí, como ella dijo, si yo fuera intolerante, ¿qué estaba haciendo compartiendo aquel momento con ellos? Esto representaba, entonces, un triunfo personal. Yo, como ellos, mostraba gran apertura, y eso me satisfacía.

Sé que soy muy pesimista con el Perú, pero estos breves chispazos de buena fe me emocionan. Mi esposa y yo tratamos de ser buenas personas. Esperamos que en el Perú habite gente menos hipócrita. Gente más abierta. Sin importar lo que uno piense, lo que uno crea, como uno sea, lo que tenemos que cualificar son los valores que dirigen nuestra vida. La fuerza de nuestro carácter para afrontar las adversidades, sin que esto nos lleve a la miseria moral en la que muchos compatriotas están.

Cuatro personas que pensamos distinto. La enamorada de mi primo, mi primo, mi esposa y yo hablamos de manera cordial, pero somos muy distintos. A mi primo le gusta llegar tarde a cualquier lado; a mí me gusta llegar temprano; mi esposa tiene la intención de llegar temprano, pero llega tarde; a la enamorada de mi primo le gusta llegar tarde, pero siempre llega temprano. Y así, sucesivamente.

miércoles, 23 de junio de 2010

All I Want is you

Todos los monstruos se acercan mientras duermo
mientras pienso en ti
cabalgo sediento por la muralla de mi lengua
respiro tu esencia cuando la soledad canta una canción en inglés
all I Want Is You
all I want son tus besos
que se despedazan en los rincones vacíos
que se pierden en mis sueños.

Todos los fantasmas se acumulan en mi puño
el miedo golpea mis ojos
la noche es una vieja puta que me enloquece
voy enloqueciendo por los pasos de tus sueños
por el agua que frota tus pechos suaves
por el susurro sereno de lo que dejaste de decirme.

Talvez el silencio pueda contarte de mí
talvez cuando estés triste la quietud de las cosas te consuelen
talvez haya una fuerza cósmica que te obligue a mirar mis palabras
a sentir mi pecho tibio
a sentir mi cuerpo desnudo y pesaroso
talvez podamos ser amigos y que todo lo tuyo sea mío
y todo lo mío no lo compartas con nadie.

miércoles, 9 de junio de 2010

Mi propuesta



Me quiero largar de este país porque estoy harto de todo. Me enfurece haber nacido en un lugar donde incapaces y corruptos, donde caviares y radicales hacen su festín orgiástico. Me quiero largar, porque he aprendido a conservar mi salud, y es que la desesperación me hace daño, necesito oxígeno nuevo, un lugar bonito que por lo menos me llene de esperanza. Necesito dejar la degradante Lima, dejar atrás el Perú que se ha vuelto un lugar horrendo, un lugar de gente imbécil y mediocre.

Nos dicen en todas partes que estamos creciendo. Crecer en este sentido se refiere a lo estrictamente económico. Para ser más exactos, crecer se refiere a lo estrictamente económico cuando esto afecta a la “gente que importa”. ¿Quiénes son los que importan? Pero yo pienso que lo menos importante es lo estrictamente económico de “la gente que importa”. Los valores que nos caracterizan como seres humanos van más allá de lo estrictamente económico o nuestra simple nacionalidad. Por eso pienso que el Perú es un país en el precipicio, un país sin alma y sin salvación, y eso me llena de profunda tristeza. Y si pienso así, es no solo porque una tira de incapaces y corruptos ocupa los más altos cargos del Estado, sino porque mis compatriotas apoyan a buena parte de ellos.

Castañeda (El mudo) ha demostrado hasta el hartazgo que es un picapedrero, tan ineficiente que no ha podido solucionar ni un ápice el caos del transporte urbano en Lima, ha hecho un mamarracho llamado El Metropolitano y hay sospechas fundadas de que robado como ha querido. A pesar de todo eso, mis conciudadanos limeños aprueban su gestión de manera casi unánime. ¿Cómo los limeños podemos apoyar a un personaje tan incapaz? Y lamentablemente este caso no es una excepción sino una constante.

Los peruanos no ejercemos ningún tipo de presión a nuestras autoridades, no impulsamos el cambio, permanecemos estáticos, indolentes. Pero no sólo eso, los peruanos apoyamos la corrupción al no salir a protestar, los peruanos seguimos esperando gobiernos autoritarios. Y es que los peruanos no somos libres. Los peruanos nos dejamos engañar por cualquier facineroso que diga luchar por nuestros intereses, y no vemos que estos inescrupulosos sujetos solamente persiguen algún motín que los haga salir de la miseria económica, pero lo único que logran es hundirse en la miseria moral.

El Perú está lleno de puro incapaz, de puro imbécil, de puro ladrón, de un montón de gente que se orina de miedo y que no lucha. El Perú es un bacín, donde los miserables cagan y cagan, defecan dos veces por día. El Perú es un país imposible. El Perú es un sueño imposible. Crecemos económicamente, pero moralmente nos vamos a la mierda. Estamos en una encrucijada. ¿Cómo hacemos del Perú un país posible? ¿Qué hacer con este sentimiento de impotencia al constatar que nuestro país no ha aprendido nada de su pasado? Keiko Fujimori dice luchar contra la pobreza y que su partido (o sea el clan Fujimori) pasará a la segunda vuelta en la elecciones presidenciales del 2011 ¿Cómo hemos llegado a ser tan confiados? ¿Cómo hemos llegado a anular nuestra conciencia crítica? ¿Cómo no podemos entender que la economía es un pedazo pequeño de la vida y que la vida es más compleja de los números?

Hace poco asistí a una conferencia sobre lo que sucedió en Bagua, un profesor de antropología de la PUCP llamado Oscar Espinosa planteó el siguiente escenario: Imaginemos que en el Perú no existe corrupción y que todo lo recaudado por el gobierno central es gastado en lo que ellos imaginan que es el “progreso”. Entonces, la solución de los problemas del Perú es abandonar la idea de que el Estado tiene la interpretación auténtica de qué es el “progreso”, y que que este empiece a dialogar con los otros actores sociales para así buscar puntos de encuentro, y construir acuerdos más justos y duraderos.

Me temo que este profesor está profundamente equivocado, creo que su problema es que peca de ingenuo. ¿Qué idea de progreso tiene el gobierno? Ninguna. Al excluir la corrupción en este escenario se está quitando lo esencial para entender al Perú y su posibilidad de ser un verdadera nación. El Perú es un país de gente corrupta, la corrupción ha hecho del Perú un país de gente imbécil. Un ejemplo claro es la decisión del Tribunal Constitucional de suspender su distribución en los centros de salud del Estado de la pastilla del día siguiente por considerarla abortiva, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud y todo organismo serio en el mundo ha manifestado lo contrario. Considerar que una idea de progreso es aquella decisión, sería lindar con la locura. La corrupción nos ha vuelto seres marginales, despreciables, estúpidos, sin ninguna idea “progreso” que no sea el “progreso económico para mí”. El Tribunal constitucional está dominado por gente miserable, antiprogresista _si cabe el término. Por lo tanto, no cualquier idea es una idea que represente lo que debemos llamar "progreso". Las ideas cavernarias no son ideas progresistas. Y si este tribunal tomó una decisión semejante es porque fue presionado por un Estado corrupto, que defiende ideas y convicciones personales, aunque estas sean, como hemos dicho, antiprogresista y cavernarias.

¿Cuál es la diferencia entre Estado y gobierno? En el Perú cualquier gobierno es profundamente corrupto; por lo tanto, el Estado peruano, ya que no importa quien lo asuma, es esencialmente corrupto. Lo peor de todo, lo que más me desanima es que los peruanos no solamente no protestamos, sino apoyamos a los proyectos autoritarios, antidemocráticos, apoyamos a los corruptos, a los inmorales, hemos desistido en exigir gobernantes honestos y capaces.

El título de este post es “Mi propuesta”. ¿Qué puedo proponer? No lo sé. Quiero imaginar que no tuve la mala suerte de nacer en un país donde la gente no proteste, no luche, no exija, no haga respetar sus derechos ciudadanos. ¿Debería hacer política? Deberíamos hacer política (todos). Deberíamos decirle a Kouri, no señor, los peruanos no olvidamos su pasado. Deberíamos decirle al mudo, primero explica los asuntos de corrupción en el municipio de Lima y después piensa en postular. Deberíamos, deberíamos, deberíamos… Pero al final, no hacemos nada.

Los profesores de academia

Recuerdo que Reynaldo Santa Cruz fue mi profesor en la Trilce, cuando me preparaba para la Cato. Recuerdo que pensaba que era un Dios, como, seguramente, mucho mocoso imbécil que asiste actualmente a sus clases. Recuerdo que un día fue con su librito de relatos _ el Evangelio según Santa Cruz, a venderlo en mi salón de la Trilce de San Isidro, mismo vendedor ambulante de los años 90. Recuerdo que todas las mocosas arrechas querían tener un affaire con él, y es que el Perú es un país muy generoso, o en todo caso, muy generosa la ignorancia. Recuerdo que traía siempre su botella de Coca cola mezclada con café. Recuerdo que nos hacía reír un huevo y que era el profesor más querido y popular de todos. Recuerdo que pensé que si era tan gracioso debía hacer un piloto para alguna televisora, talvez se podría volver millonario de cómico (profesión igual de digna que cualquier otra).

Lo que más me sorprende es que Reynaldo ha sabido mantenerse haciendo lo que hace bien. Ser profesor de colegio, escribir por amor y no con talento. Resignarse a que no podrá ser como Mario Vargas Llosa. Resignarse a no poder tirarse a ninguna de sus alumnitas, porque hay leyes estrictas contra la pedofilia. Lo que más me sorprende, es que a pesar de todo eso, Reynaldo trata de vivir con una cierta dignidad, la dignidad de un tipo gracioso, de un buen hombre.

El Perú es un pedacito de nada, donde el aire desvanece los recuerdos, por eso nadie le presta atención ni a los memoriosos ni a los evaluadores. Yo soy un memorioso y evalúo todo lo que recuerdo, y a veces, me siento estúpido de haber admirado a gente poco admirable. Suele suceder con los profesores de academia, con los amigos de la infancia y con tantos malhumorados recuerdos que nos aguardan en la noche en forma de pesadillas.

Así como Reynaldo Santa Cruz, recuerdo a mucho profesor cuentero, como el buen Ricardo Bazo, profesor de historia universal; yo creía que él era una gran tipo, un gran sabio. Después de mucho tiempo lo busqué por Internet, me interesaba leer sus publicaciones, y nada más que la nada inundaba Google que con su típica frialdad lo desconocía, casi casi, el omnisciente Google me preguntaba ¿Quién mierda es ese tal Ricardo Bazo?

Recuerdo que mi esposa me contaba de un profesor de Literatura llamado El Pestañudo, cuyo verdadero nombre era Edgar Saavedra. Recuerdo que mi esposa me dijo que cuando ella era una estudiante de academia lo veía a él simpático, hermoso como las palabras sagradas de la virgen María al arcángel San Gabriel – “he aquí a la sierva del Señor; hágase en mi según tu palabra”. Pero cuando lo volvió a ver después de muchos años, le pareció menos alto, menos interesante y se preguntó ¿cómo era que yo lo pude haber visto con ojos de amor? Y sintió lo mismo que Fermina Daza después de ver en aquel mercado colombiano a Florentino Ariza, y sintió aquella misma repulsión, y se preguntó lo mismo que Fermina, ¿cómo había podido ser tan ciega?

Entiendo que todos necesitan comer, que sobrevivir es uno de los instintos más primitivos. Pero un buen profesor debe ser el que no solamente mete cuento, sino el que participa en la comunidad, el que trabaja académicamente por superarse. Lamentablemente no recuerdo a ningún buen profesor. Todos fueron unos payasos que trataron de sobrevivir enseñando. Yo pienso en enseñar, pero tengo miedo de que un día algún hijo de puta de mis alumnos, uno que decida estudiar alguna carrera de letras o sociales, me acuse de cuentero, mencione mi nombre en un blog, o lo que haya en ese momento, y me haga sentir miserable.

¿Por qué seremos tan hijos de puta?

El ser humano es capaz de hacer las cosas más terribles, más sanguinarias, más perversas que nadie o nada haya hecho nunca jamás. El ser humano es una máquina asesina que viene depredando, casi sin inmutarse, toda forma de vida en la tierra. El ser humano ha inventando las armas más destructivas y las ha empleado sin asco, matando a millones y millones de congéneres. El ser humano ha causado tanto dolor y tanto sufrimiento que la vergüenza le ha marcado las manos con tinta indeleble. Imposible no recordar en la historia del ser humano las matanzas, los genocidios, la valentía que inspira un rifle, una bomba.

Entre tanto dolor, entre tanta desolación. El ser humano, y no me explico cómo, puede brillar más que la estrella más luminosa. No sé cómo, pero el ser humano es capaz de ser bondadoso, piadoso, santo, decidido, realmente valiente, desprendido ¿Aquello es una contradicción? ¿Una paradoja? ¿Cómo el ser humano puede ser a la vez patético y sublime?

He tratado siempre de ser un buen cristiano. Siempre he pensado que mi disciplina como ateo consistía en emular todo lo bueno de los más egregios representantes de la humanidad. Que mi disciplina como ateo consistía en estar a la altura moral de Jesucristo, Sócrates, Buda, Ghandi, Martin Luther King. Ahora, he perdido el rumbo. Me he ahogado en las pequeñas cosas que tanto le gusta a la gente miserable. Me he apartado del camino de la luz. Mi orgullo ha vencido después de todo. Ya no soy el imberbe adolescente que se enamoraba y pensaba todo el maldito día en algún amor imposible, ya no soy aquel chico desganado e inconsolable. Ahora necesito más. Pero, ¿Qué necesito? ¿Bastaría si dijera que necesito algo? Algo nomás. Algo que me haga sentir bien.

Mi amigo Chicho dice que debo conformarme con mi verdad. Mi amigo Chicho es un cojudo, me gustaría llamarlo Don huevón, pero presiento que se molestaría si lo hago ¿Por qué llamaría así a mi amigo? Posiblemente él sea el único amigo que tengo. Pero me gusta pensar que nos podemos decir de todo. De alguna manera extraña le quiero hacer daño, pero de una manera sensata no lo hago. Ya le he hecho mucho daño en el pasado, y me he perdido en el ideal de ser una buena persona. Talvez ese sea el problema. Todos queremos hacer cosas buenas, pero terminamos jodidos y jodiendo. Si contara todo lo que le hice a mi amigo, faltaría espacio en este humilde post.

Chicho es un huevón. Un huevón como todos, como lo soy yo. En fin, no quiero ahondar en estos desencuentros. Lo que quiero decir es que a veces queremos hacer algo bueno y la terminamos cagando. Pero entonces, aún sigue mi duda. ¿Cómo carajo algunos pueden seguir su vida de manera coherente? ¿Cómo algunos pueden resistir el aroma sencillo del café en una mañana cualquiera mientras una mujer te sonríe y falsamente crees que todo es eterno? ¿Cómo resistirse a las pequeñas cosas que planeas con tus hijos mientras trabajas feliz como un esclavo un viernes a las 8:00 pm frente al teléfono silencioso y negro? Aún así, a pesar de que sabes que hay personas similares a ti, pretendes pensar que nada puede ser más importante que tu “bienestar”. ¿Bienestar?, ¡qué palabra tan compleja, ¡qué palabra tan jodida!

El problema creo que es que cuando entras en el juego de los intercambios, de la acumulación, de las inversiones, del disfrute, de la metódica manera de guardar dinero y gastarlo en los momentos “adecuados”, después de todo eso, te es imposible salir. Me imagino que es como un torbellino que no te deja. El “bienestar”, aunque jodas a más no poder, aunque jodas a la mayor cantidad de gente posible, es el patrón que guía la vida de muchos, pero no de todos, y eso lo extraño.

Aquellos años felices

Harvey Peckar es un hombre soso y de un humor muy negro. Él necesita contar malas historias para hacerlas buenas. Harvey es el creador del comic “american splendor” que no es más que el relato diario de la vida común de un hombre común. Harvey tiene la habilidad de contar las cosas como si estas fueran irremediables, como si lo único que nos quedara hacer en la vida fuera tratar de sobrevivir.

Así como Harvey necesita echarle mano a sus conocidos, contar historias sórdidas y de un humor visceral en donde nadie queda bien parado, yo, talvez por la misma necesidad de él, siento el impulso de contar y desenmascarar a todos. Harvey es un cínico que relata con fidelidad las características más patéticas del ser humano, por delante van las suyas, pero al costado la de sus amigos, la de su esposa y la de su familia en general. Me gustaría preguntarle si él ha encontrado una respuesta de por qué es un impúdico exhibicionista, si él se ha llegado arrepentir de lo que ha hecho o si se ha llegado a quedar sin amigos.

Hace poco escribí en este blog una historia sobre mi hermana. Claro que como todo “buen escritor” le puse a mi hermana y a su esposo nombres distintos a sus nombres originales. A su esposo le puse Peter y a ella Mauricia. Sin embargo, cuando leyó mi post, se reconoció y se molestó muchísimo, me dijo que lo que había contado era mentira, o en su defecto, una exageración maliciosa. Por esa razón, tuve que borrar mi post y le prometí escribir una historia bonita en donde resalten los buenos momentos que hemos vivido.

Sé que a veces, cuando escribo o hablo de mis hermanas, parece que han sido unas brujas despiadadas. Un día hablé con mi hermana Olivia y le dije que yo la culpaba por no haberme defendido, ya que era la mayor, de todas las cosas negativas que me sucedieron en la infancia. Ella me respondió que ella también había sufrido porque nuestra mamá trabajaba todo el día y no tenía tiempo para ella. Comprendí, entonces, que todos de alguna u otra manera sufrimos, que todos cometemos errores, que nadie es perfecto. Creo que debemos ser justos y abrirle un campito en este blog a los buenos momentos.

Yo admiro a Olivia porque es una persona de principios férreos, preocupada por su familia. Admiro a mi hermana Mauricia porque es emprendedora y carismática. Recuerdo que siempre me peleaba con Mauricia porque yo la seguía a todos lados, ella era una adolescente agrandada y yo un niño espeso. Me gustaba seguirla porque pensaba que no me iba aburrir con ella, y efectivamente, no me aburría, me divertía mucho con sus ocurrencias, con sus cosas de grande. Recuerdo que mi hermana Olivia me llevaba al cine, fuimos a ver “Mi pobre angelito” como 5 veces. Ella me salvó la vida 2 veces, la primera fue cuando era un bebé y estaba convulsionando en mi cuarto, solo, a punto de morirme; la segunda fue hace algunos años cuando tuve una enfermedad rara y ella como si fuera mi mamá me cocinó y se preocupó mucho por mí, si no hubiera sido por su cariño y su dedicación, también me hubiera muerto.

De mi infancia recuerdo la sonrisa de Mauricia y la mirada de Olivia. Sé que ellas me querían mucho y que yo las quería también. A veces, ha habido desencuentros, pero sobre todo, ha habido muchos buenos momentos que yo atesoro en mi corazón. Recuerdo cuando me olvidé el cumpleaños de Mauricia y me fui a pasar la noche donde mi abuela, cuando me enteré hice una pataleta de padre y señor mío, quería estar junto a mi hermana, lo quería estar como ahora quiero estar con ella. Mi hermana Mauricia vive en Holanda, pero quiere volver al Perú a radicar definitivamente aquí, yo la espero con la amnesia de los malos tiempos y con el recuerdo de todos los buenos momentos que hemos vivido.

Lunes Santo

Los días que no pienso en cambiar mi vida, son días opacos y tristes que me recuerdan quién era antes de ver la luz. Todos estos días pienso como Cerebro: Tratar de conquistar el mundo, tratarlo de conquistar y aferrarme a lo único que me haría feliz, la felicidad de ver el mundo desde un bungalow en alguna isla del mediterráneo, mientras el sol europeo caliente mi sexo húmedo de placer, mientras el sol europeo excite a una eventual amante que presa del frenesí de la buena y escasa vida lama mi ano gastado y adolorido. Mientras tanto, intento de mirar el sol de Lima sin rechinar los dientes de cólera, sin indignarme. No quiero morirme antes de tiempo, necesito escapar de esta ciudad, de este país de mierda.

Kelly habla siempre de su enamorado, la primera vez que conversamos a solas me dijo que él es súper inteligente, súper súper, súper maravilloso. Qué diría Kelly si le ofrezco un tour por Venecia. Qué diría si coso en su sonrisa el perfume marino del pacífico asiático. Que pasaría si le estampo un beso en Saint Emilion debajo de la Eglise monolithe. Que pasaría si le desenvuelvo el mundo más allá de los límites de esta ciudad opaca y triste. Talvez pasaría algo de lo que me arrepentiría profundamente. Talvez ella me mordería los dientes, me miraría como un hombre súper inteligente, súper profundo. Talvez me llegaría a aburrir y buscaría otra Kelly para joderle la vida.

Ya tengo cierto arte en meterme por los palos. Ya se lo hice a un compañero de estudios. Le quité a su chica. Él hasta ahora me odia. Ella, después de haber sido descubierta conmigo, también me dejó. Qué dirá ella cuando veranee en Mallorca y me valla en los inviernos tristes a Las Vegas. Qué dirá cuando yo sea un ciudadano del mundo y ella una limeña más. Seguro que se arrepentirá de haberme dejado. Seguro que intentará llamarme para que la culee. Yo tendré que hacer una lista y le sacaré cita, siempre y cuando mi verga dura y férrea siga siendo dura y férrea, resistente al tiempo, a los avatares del sexo mundial.

No quiero hacer el amor por hacer el amor. Quiero demostrar el control que puedo tener sobre mi propio destino. Quiero tener el control sobre Kelly o aquella chica que no he mencionado su nombre. Quiero tener el control sobre alguna chica de Madrid, sobre la mamá de un amigo, sobre una mujer mayor en Finlandia, sobre una jovencita que raspe los 18 pero que parezca de 15. Tener el control en una navidad en Nueva York con alguna modelo de piernas largas y aceitosas, un fin de semana en Tokio con la esposa de algún escritor famoso. Quiero tener el control en un día cualquiera. El control de mi vida que hasta ahora ha sido miserable, tonta, fútil, anodina, bizantina.

Si el destino me fuera propicio, una noche cualquiera iría tras una chica cualquiera. Sería el sol de mi propia villa francesa. Andaría desnudo, despreocupado, ardoroso. Sería un toro insaciable. Haría de mi verga un bien público. Compraría los corazones. Si tuviera dinero, haría que la gente me quisiera. Haría que las mujeres abandonaran todo por mí. Me compraría una King size y metería a cinco rusas. Pero jamás me olvidaría de mis peruanitas. Vendría el Perú para culearme a un par. Vendría al Perú porque al final todos vuelven. Y si algo me pasara en el trayecto, sabré que por lo menos viví como quise.

Cómo leer y no morir en el intento

Para que la comunicación se haga efectiva, se necesita por lo menos dos personas. Dos personas que estén dispuestas a mantener un diálogo. Esto lo notamos cuando tenemos un amigo y le contamos todo sobre nuestras vidas. No tenemos la obligación de contarles nada, lo que tenemos es la voluntad de contar historias, sucesos, emociones de nuestra propia vida. Es así que la característica necesaria para comunicarse es el deseo de mantener un diálogo, de compartir aquello que podríamos, talvez, mantener en silencio.

Si el comunicarnos se convierte en una obligación, resultará tedioso establecer un diálogo. Por ejemplo, en el colegio muchos adolescentes empiezan sus relaciones amorosas, imaginemos que dos enamorados se pelean en el recreo, el chico se olvidó del cumpleaños de la chica, la chica furiosa vuelve al salón de clases antes de que toque la campana y no quiere hablar con nadie, pero cuando la profesora le pregunta algo acerca del curso, ella se ve obligada a responder. No quiere responder, no quiere dialogar, pero lo debe hacer, porque ella sabe que su deber como alumna es participar en clase. Así, notamos que la comunicación forzada es tediosa, pero la comunicación libre, espontánea y voluntaria es un ejercicio entretenido, ameno, pero sobre todo, placentero.

La comunicación no solamente es oral, por definición, para comunicarse, deben haber dos personas, una que codifique un mensaje y otra que lo decodifique. En este sentido, la comunicación puede darse entre un escritor que codifica un mensaje en una novela y un lector que decodifica un mensaje que en este caso es aquella novela. La pregunta es, entonces, ¿cómo establecer un diálogo ameno con un escritor a través de una de sus novelas y que esta comunicación no se vuelva un suplicio?

Eliminar los prejuicios

Para empezar a leer, en primer lugar, tenemos que eliminar los prejuicios. Un prejuicio es un pensamiento previo que tenemos sobre algo o alguien. Por ejemplo, muchas veces juzgamos a alguien sin conocerlo, decimos que es tonto o extraño, pero cuando nos tomamos el tiempo de tratarlo, de hablarle, nos damos cuenta que nos cae muy bien y que no debimos haber anticipado nuestra opinión. Sucede lo mismo con los libros, muchos jóvenes dicen que nos les gusta leer, pero lo cierto es que prejuzgan el hábito de la lectura, lo prejuzgan porque, posiblemente, han tenido algunas malas experiencias.

Imaginemos que un adolescente decida tener una enamorada y en el transcurso de la relación se da cuenta de que ella es una persona conflictiva, ¿acaso este adolescente dirá que como ha tenido una mala experiencia en las lides amorosas jamás volverá a entablar un relación con otra chica? Seguramente que sí lo hará, porque sabe que el hecho de que haya tenido una mala experiencia no quiere decir que siempre será así. El problema es que los jóvenes no saben cómo elegir una compañera que se adecue a su manera de ser, y poco a poco, la misma experiencia les dirá con cuál chica les podrá ir mejor. Elegir un libro apropiado, felizmente, no es una ciencia tan complicada como saber elegir una adecuada pareja. Saber elegir un libro es saber cómo hacer una correcta búsqueda de cuál es el mejor libro para mí.

Búsqueda de referencias

En un pasaje de Alicia en el país de las maravillas, Alicia mantiene una conversación con el Gato de Cheshire.
- ¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?, pregunta Alicia.
- Eso depende de a dónde quieres llegar, responde el gato.
- A mí no me importa demasiado a dónde.
- En ese caso da igual hacia donde vallas.
Cuando queremos emprender un viaje, siempre tenemos que saber a dónde queremos ir. Para saber a dónde queremos ir, debemos saber que es aquello que nos gustaría conocer. Si detestamos el frío, sería absurdo que nos vallamos a Islandia. Y es que jamás tomamos una decisión a sabiendas de que nos vamos a arrepentir. Generalmente, nos arrepentimos, porque no hemos sabido informarnos correctamente de los percances que nuestras decisiones podrían originarnos. Lo mismo sucede con los libros, si no sabemos cómo elegir el mejor libro para nosotros, el leer será una mala decisión, pues no importa que libro elijamos, este siempre nos parecerá aburrido y tedioso.
Saber qué camino elegir es un buen indicador para saber que no nos vamos a aburrir. Saber qué camino elegir es informarnos mediante comentarios u opiniones de otras personas que ya han transitado aquel camino. En el caso de los libros, saber elegir es saber buscar, saber preguntar y saber ser optimistas.
Podemos, en primer lugar, revisar las páginas web de las editoriales o librerías que tienen reseñas de los libros que publican o venden, en dónde también, colocan datos importantes sobre la edad recomendada que debe tener el lector. En segundo lugar, cuando uno recién está iniciándose en la lectura debe pedir consejo a quién ya está más ducho en la materia, por ejemplo, al profesor del plan lector del colegio en donde estudia o a algún familiar cercano. En tercer lugar, el factor más importante, es tener claro cuáles son mis aficiones, por ejemplo, el fútbol, las experiencias de gente como yo o los comics, entre un sinnúmero de temas.
Por lo tanto, si se eliminan los prejuicios y se sabe buscar el libro correcto, se tendrá una experiencia maravillosa, incontrastable, una experiencia fuera de este mundo. Parafraseando un comercial de una bebida energizante, el leer te da alas.

La historia de las últimas veces

En la vida, uno siempre piensa en que las cosas se repetirán, pero que tal si no se repiten. Que tal, en definitiva, si nada vuelve a ser como antes. Yo me he peleado con medio mundo. Yo sé que es ser odiado. Yo puedo decir: a mí se me odia o se me quiere. Yo tengo mil enemigos. Yo tengo la dicha de conservar unos pocos pero buenos amigos. Sin embargo, si supiera cuando es la última vez que le hablo o veo a alguien, talvez diría algo mejor, talvez sonreiría.

Yo tengo un carácter muy especial. A mí me gusta que me traten bien. A mí me gusta que me reconozcan lo que hago. A mí no me gusta que me jodan. A mí no me gusta que me reclamen. A mí me gusta que me traten como a un futbolista del Barcelona. A mí me gusta que me mimen. A mí me gusta que me perdonen. A mí me gusta joder y que nadie diga nada. A cambio de eso, yo me preocupo por mi equipo. A cambio de eso, yo trabajo más duro que el resto. A cambio de eso, yo soy el capitán y responsable de las acciones que tomo para el beneficio de mis comandados.

Sí, he confesado que me he peleado con medio mundo, pero jamás había dado tanto de mí como en estos meses. Estudio una segunda carrera en la UPC y hay un curso que se llama Habilidades Comunicativas, en donde, modestias aparte, soy relativamente bueno. En la última DD (una especie de práctica grupal), mi equipo y yo (equipo con el que vengo trabajando en todas las DD anteriores) teníamos que redactar un informe ejecutivo en clase, pero al final el único que redactó e hizo todo el trabajo fui yo. El trabajo era largo y desde el primer momento comencé a redactar velozmente, una chica llamada Silvia que había elaborado el texto con anticipación, ya que las fuentes estaban colgadas en Internet desde días previos, había elaborado un informe que supuestamente sólo teníamos que pasar en limpio. El informe que Silvia me dio era un mamarracho. Yo estaba desesperado, pues sólo teníamos 2 horas para elaborar el informe. Sentí que en vez de que mi equipo me cuidara, en vez de que mi equipo me diera la tranquilidad para que yo les salvara de esta situación difícil, ellos se empeñaron en discutir mis decisiones, joderme y criticarme.

En un momento dado, Silvia me pide que le pase su cuaderno donde había escrito el mamarracho que se había atrevido a darme. Yo, dentro de mí, pensé: que carajo quiere hacer, ¿acaso no entiende que en vez que redactar por su cuenta, que dicho sea de paso lo hace mal, debe ayudarme en lo que yo requiera? No le dije nada, me quedé callado, tratando de buscar desesperado mi liquid paper que estaba dentro de mi mochila. Ella me dijo que yo era un malcriado por no responderle. Yo le dije, ¿pero acaso tu no eres igual cuando estás ocupada? Ella respondió que yo, dado que soy mayor (unos 4 años), le debería enseñar buenos modales. ¿Acaso quieres que te eduque?,le pregunté sarcásticamente. Al final de la clase me le acerqué tratando de calmar la situación, pero ella me dijo que lamentaba haberme dado tanta confianza, que ya no éramos amigos. Aquello me resintió, pues pensé, de repente por pura ingenuidad, que ella iba apreciar que me hubiera hecho cargo de todo, pensé que me iba a agradecer por ser un buen líder. Lejos de aquello, me escupió en la cara (metafóricamente).

Cuando nos entregaron las DD, sacamos una nota aceptable. Lo que nos bajó varios puntos fue la última parte, lo que sucede es que como el texto era largo, no la logré corregir. Yo hice todo el trabajo solo. Silvia ya no me hablaba. Pero cuando nos devolvieron el examen me dijo, debemos sacarle copia para corregir los errores. ¿Corregir los errores de mi texto? Que ella corrija el mamarracho que hizo, el cual si lo hubiéramos presentado habríamos sacado cero. No quería darle mi texto. Pero no quería pelearme con los otros dos integrantes de mi grupo, especialmente con Víctor, ya que él me cae muy bien. Sin embargo, no me pareció para nada justo darles mi trabajo, darle a ella mi trabajo. Así que tomé la decisión que pasarme a otro grupo. ¡A ver como les va sin que yo los cuide!

La última vez que le hablé a Silvia como amigo fue el día que dimos la DD. Quise explicarle que estaba presionado, que si era una verdadera amiga debía entenderme. Ella se dio media vuelta y se fue, previamente me dijo que ya no éramos amigos. Yo tomé esas palabras como una sentencia la cual voy a cumplir hasta el día en que me muera. Ya jamás volveré a ser amigo de Silvia. Poco a poco nos dejaremos de saludar por compromiso y será como si nunca nos hubiéramos conocido. Talvez si hubiera estado preparado para aquella discusión, habría hecho algo más que quedarme callado mirando como se alejaba. Talvez le hubiera dicho un adiós más sentido, talvez la hubiera abrazado, talvez la hubiera mirado a los ojos tratando de resumir ese corto pero intenso tiempo en el que fuimos amigos.

Don Dinero

Un deseo. Un puto y maldito deseo. Un deseo que se repite y no se realiza. Un día. Una noche. Una noche en la que ves películas de gente que se realiza volviéndose millonaria. Una tarde que miras fijamente el almanaque. El reloj con sus manecillas. El día que es como noche en mi vida. El día que descubro que el dinero, como el amor de los cristianos, lo puede todo

Talvez necesite replantear todo. Talvez esté aburrido. ¿Todos sentirán mi mismo aburrimiento? Mi aburrimiento se basa en algunos deseos no realizados. Algunos han vivido su vida de la manera más intensa, algunos no sienten esto que siento. Mi prima se divorció. Para mí aquella palabra siempre ha sonado mal, es que no sé como dejar que las cosas terminen, si sé cómo hacer para que las cosas empiecen.

Hay una canción de un grupo de rock uruguayo, el cuarteto de nos, que en una canción dice: ya me reí, y me importó un bledo, de gente que ahora me da miedo. Y sí, cuando miras el pasado te sorprendes de las cosas que pensabas cuando eras un muchachillo.

Para ponerle orden a todo esto. Yo me he peleado con todo el mundo en estos días. Con mi familia, con mis amigos. Me ha empezado a doler la cabeza. Y como nunca he pensado las palabras de mi madre cuando dejé la Católica: que me iba a arrepentir. Y sí, me arrepiento, y no porque me hubiera gustado ser más abogado que filósofo (carrera que he estudiado), sino porque tengo que soportarme y soportar al resto. El dinero lo puede todo. Sí, mi madre tenía razón.

Si tuviera dinero hoy, mandaría a la mierda a todos aquellos que ahora les tengo que mamar la verga y le mamaría la verga a los dueños de las empresas que me contraten. Creo que voy a poner en mi currículo que estoy dispuesto a mamarle la verga a cualquier superior, lo único que pido como condición es dinero para hacer mi vida a mi antojo.

Si tuviera dinero, me iría a un restaurante muy caro, todos los días. Almorzaría solo. Si tuviera dinero, tendría dos amantes. Si tuviera dinero, le haría un hijo a la hermana de mi esposa. Si tuviera dinero, me iría a New York Si tuviera dinero sería congresista. Si fuera congresista, haría todo para que nadie me saque. Le haría todos los favores a mis amigotes, iría a todas las fiestas de la gente de la alta sociedad.

No tengo un cobre. Sí, mi mamá tenía razón. ¿Qué valió decir que el dinero no me importaba nada? ¿Qué valió salirme de la Católica? ¿Qué valió ser honesto? ¿Qué valió haberme enamorado tantos años de Natali Huaylla? ¿Qué valió no acoplarme al mundo? ¿Alguien me lo ha reconocido? ¿Alguien me ha dicho que me admira por mi honradez?

No sé si haya manuales de cómo ser un hijodeputa. Quiero ser un hijodeputa. Quiero aquellas cosas que no he conseguido, cosas que no he conseguido por mi culpa. Yo soy el culpable de esta situación. Nadie más que yo decidió salirse de la Católica.

Estoy aburrido. Me duele la cabeza. No me puedo pagar el maldito doctor y tengo que recurrir a mi familia. Quiero que esta pesadilla acabe. No soporto más las consecuencias de mis acciones. Necesito paz. Necesito tranquilidad. Por fin veo la luz. Por fin sé que el dinero se mastica, se come, se respira, se huele. Por fin sé que para ser feliz necesito hacer lo que quiero y no estar sujeto a los designios de las demás personas. Quiero hacer lo que me da la gana. Quiero irme ahora a un hotel hasta que esta molestia se me pase.

No confíes en nadie que dice que el dinero lo puede todo. Entonces, no confíes en mí.

Del insigne escritor Francisco de Quevedo y Villegas les dejo (broma: no tengo lectores) este poema que resume lo anteriormente escrito.

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

¿A quién no le maravilla
Ver en su gloria, sin tasa,
Que es lo más ruin de su casa
Doña Blanca de Castilla?
Mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
(Mirad si es harto sagaz)
Sus escudos en la paz
Que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
Y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
Es don Dinero

Te amo Magaly


Una gota se cae por el caño, a pesar de que este se ha cerrado. Otra gota se resbala por el caño y se pierde entre los tubos que dan al desagüe. Otra gota se pierde, rebota y salpica hasta unos cuantos milímetros alrededor. El caño luce triste, pensativo, cada gota es distinta, el viento sopla, una veces más y otras menos. Una gota de agua sale sucia, otra limpia y otra llena de coraje.

Talvez una gota de agua sea más que una simple gota de agua, sea algo único, una bengala inagotable. Talvez una gota de agua sea fuego, sea esperanza, sea sudor, sea luz, sea valentía, sea sombra, claroscuro, pasión, lucha. Talvez el destino de una gota de agua no sea extinguirse en el hoyo oscuro y profundo del desagüe. Talvez en medio de todo eso haya algo importante que hacer, un destino, o la promesa personal de que todo no acabará desde el inicio, sino que se esperara hasta el final para descubrir quién es uno verdaderamente.

Magaly está en Hollywood, no sé si la teta gane o no. No sé si Magaly sea buena actriz o no. No sé si la película sea buena o no. Lo que sé es que el Perú es una tierra donde abundan los fracasados. Lo que sé es que Magaly no parece peruana, porque es una triunfadora. Lo que sé es que estoy orgullosísimo de ella, porque tiene en su dedo meñique más coraje y más decencia que muchos de mis compatriotas. Si el Perú no respeta y admira a sus héroes, será un país condenado al fracaso.

Qué mejor ejemplo de valor, coraje y aplomo que ver la carrera de Magaly. Qué valor de la mujer peruana andina que muchas veces se ve en la necesidad de dejar a su familia para buscarse un mejor porvenir en una ciudad racista, maldita, hostil, donde vales por el color de tu piel, donde se burlan de ti por ser quechuahablante. Qué pica de los que quisieran estar en Holywood y pasearse por las tiendas lujosísimas de los Ángeles y ven a una chola huantina que debería ser su sirvienta, codeándose con la crema y nata del cine mundial.

Te deseo mucha suerte. Te digo que tu vida es una inspiración para mí. Eres una gota pura. Eres una heroína.

Si yo fuera presidente

Para ser presidente, primero debo ser candidato. Si soy candidato, según mis ideales, debo ser una persona digna del cargo. En el medio de todo eso, si decidiera estar a la altura de mis ideales, la pregunta que me despierta una desosegada angustia es: ¿podré estar a la altura de las circunstancias?
Jaime Bayly y Alejandro Toledo tienen en común que ambos son presos de sus apetencias carnales, en el caso de Toledo, ha tenido más de una denuncia por haberse ido de putas y no pagar lo que corresponde, y en el caso de Bayly, por querer ser otra vez una muchachillo fogoso, por ser, en realidad, un viejo verde libidinoso.
Yo preferiría un líder como Martin Luther King o Nelson Mandela, que entendiera que ser el líder de la reconstrucción y reconciliación del Perú es, en primer lugar, sacrificar sus deseos lascivos, sobreponerse a lo patético que nos hace el tiempo.
Si yo quisiera ser presidente, debería ser una persona intachable. Pero ayer, después de haber visto la película “Invictus” (sobre como Nelson Mandela, para apoyar la reconciliación de su pueblo, inspira a los integrantes del equipo nacional de Rugby para que ganaran la copa del mundo de ese deporte) he replanteado mis críticas a los 2 candidatos presidenciales que hago mención en este post. Y es que si yo fuera candidato a la presidencia, ¿podría vivir de acuerdo a mis ideales?
Imaginemos lo siguiente: Yo soy casado, de pronto se aparece en mi vida una mujer, imaginemos que trabaja para alguna entidad bancaria (que sea vendedora), imaginemos que me gusta mucho, imaginemos que estoy en una etapa en la que talvez esté aburrido por determinadas circunstancias personales, imaginemos que no pueda decirle que estoy casado. En aquel caso, ¿qué es lo que me diferenciaría de Bayly y Toledo? ¿Podría tener la entereza moral que tanto le exijo a los candidatos presidenciales de mi país?
Particularmente, pienso que para ser la esperanza de este país, debemos tratar de ser intachables, leales, sensatos y prudentes. Ni Bayly, ni Toledo, ni García, ni ningún otro político es moralmente decente. Y yo no quiero escupir al cielo. Solo quiero pensar en esta palabras que escuché ayer en la película Invictus:

… soy el amo de mi destino
soy el capitán de mi alma.

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Poema completo


Invictus

En la noche que me envuelve
negra como un pozo abominable
yo agradezco al dios que fuere
por mi espíritu inconquistable.

Atrapado en este circunstancial lugar
yo he gemido pero no he llorado
ante las puñaladas que me deparó el azar
mi cabeza sangra, pero no me he postrado.

Mas allá de este lugar de furia y de lágrimas
me acosan las sombras con terror.
Pero tantos años de amenazas
me encuentran sin temor

Ya no importa cual fue mi camino
ni cuantas culpas he acumulado.
Soy el dueño de mi destino
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

Jaime Bayly y Rosa María Palacios

El día de ayer Jaime Bayly le concedió una entrevista a la reputada periodista y abogada Rosa María Palacios. La intención de Rosa María era evidente, demostrar a los televidentes que desde un punto legal las propuestas de Jaime Bayly eran inviables, pues, para hacerse efectivas, él tiene que contar con apoyo congresal, y dado que no va llevar lista parlamentaria, sus ideas se van a quedar solamente en buenos deseos. Por ejemplo, la reforma del congreso tiene que pasar por el mismo congreso, y de igual manera, las leyes que reglamenten el aborto, la denuncia del concordato del Estado peruano con el Vaticano, la reducción del personal militar y la expenda libre de drogas en boticas y farmacias; es decir, todas la propuestas de Jaime Bayly serán inviables, pues el congreso tiene que aprobarlas, y aquello parece imposible.

Tengo que hacerle un par de observaciones a Rosa María. Ella, sobre el tema, ha tenido un acercamiento meramente legal. El problema del Perú no es legal. Las reformas que el Perú debe realizar no tienen ni deben empezar con este ni con aquel congreso corrupto. Al menos, no las reformas principales. Jaime Bayly plantea una agenda, una agenda que puede resumirse en lo siguiente: reformas sociales. Las reformas sociales no pueden ni deben sernos dadas por ningún personaje mesiánico, ni por un congreso de hombres probos, clarividentes y justos. Las reformas sociales deben y tienen que ser conquistadas por el pueblo, por un pueblo democrático, por una sociedad civil organizada. La sociedad civil debe presionar a los congresistas. La sociedad civil debe ser un puño cerrado en defensa de los derechos humanos, laborales, patrióticos y libertarios. Para crear sociedad civil, debemos educar. Los retos y plazos que toma formar una sociedad civil fuerte no son de 5 años, talvez tomen mucho más tiempo. Así que, pienso que la respuesta de Jaime Bayly frente a estos cuestionamientos debe ser: “las reformas sociales que propongo, solo serán viables, si revolucionamos la educación en el Perú”. Recordemos a Martin Luther King o Ghandi, las reformas sociales que lograron no fueron por anuencia de los representantes del congreso nacional de los Estados Unidos ni del parlamento inglés, respectivamente, sino por las luchas sociales pacíficas.

No tenemos que empezar de cero, podemos ejercer presión desde ya para lograr algunos derechos sociales. Jaime Bayly puede promover el empoderamiento de grupos minoritarios, como los homosexuales, para que ellos mismos puedan ejercer presión sobre el congreso nacional, organizarse en forma de resistencia pacífica, lograr ser reconocidos en todos sus derechos humanos, como el de poder formar uniones civiles o cualquier derecho que ellos consideren justo, previo debate público. Lo mismo con las otras propuestas. Debemos ejercer presión. La respuesta de cómo se van a lograr las reformas sociales es: Estas solo se lograrán con un pueblo comprometido y activo.

Aquel es mi compromiso. Aquel es mi credo.








Magaly para presidenta

No sé si soy racista por sorprenderme aún de lo bien que le va a Magaly Solier. No sé si me sorprendería menos, si a una blanquita limeña le hubiera ido igual de bacán. Posiblemente, sería más lógico y más sensato pensar que si fuera menos chola, menos serrana, los limeños entenderíamos, sin tanta mueca, el rotundo éxito que está teniendo. Magali Solier es un cometa rumbo al sol, que no se detiene, que no da tregua, que no piensa ni por un segundo que todo puede acabar en cualquier momento, ya que somos frágiles humanos. Magali tiene la mística certeza de que lejos de acabar, esto recién empieza. Tiene la mágica ilusión de que los premios Oscar son un preámbulo de algo más que está por venir.

Pero igual sigo sorprendiéndome. Me sorprende que Magaly sea ayacuchana y quechuahablante, que solamente haya cursado estudios secundarios; me sorprende que le hayan dado una oportunidad, una sola, y que haya hecho con su destino todo aquello que los simples mortales como yo sólo podemos saber por oídas. Me sorprende que Magali sea una mujer huantina, y que haya roto con todo sentimiento de sumisión que la cruel e indiferente mirada de Lima ha condenado a las provincias más alejadas de nuestro país.

¿Cómo nuestro país es capaz aún de producir seres nobles y aguerridos?. ¿Cómo nuestro país es aún capaz de albergar los buenos sentimientos, desterrando la podredumbre, el opaco resplandor de los libidinosos y corruptos, de los que babean por los ojos, ebrios de poder? Y si el Perú es capaz de resurgir a través de gente sincera y honesta, de gente valiente que no agacha su cabeza ante nadie, y si el Perú quiere ser un gran país, debe, como labor patriótica, cuidar y proteger a su juventud deseosa de sacrificarse por los intereses más altos y nobles de los seres humanos, que son la disciplina y la virtud. Como jóvenes peruanos, siguiendo el ejemplo de Magaly, debemos luchar por nuestros ideales, por nuestro respeto por toda la diversidad étnica y biológica de nuestro país. No debemos pensar que es tarea imposible, debemos ser el corazón limpio y sano de este país.

Una mujer ayacuchana, que tenía todo en contra, nos ha mostrado el camino. Talvez luchar contra el sistema es exigir que nuestros representantes tengan la misma ilusión de cambiar las cosas. Educación, salud, orden. Lucha contra la corrupción. ¿Alguien puede asumir esa agenda?

¿Por qué votar por Jaime Bayly?

No soy una persona sin vicios. No escribo poseído por la santidad. No quiero votar por nadie que lo aparente. Sé que al final, cuando los medios como perros de presa busquen cualquier carnecita para exhibirla en este país chismoso y maletero, los más santos se verán como lo que son, como lobos infectos, y sus máscaras de cordero caerán, aunque sea demasiado tarde.

Parecía que Jaime Bayly, después de una vida al borde de todo, de los precipicios más altos, del amor de sus padres, del exilio eterno, había juzgado que ya estaba muy viejo para las piruetas de chibolo excitado, empingado, pasional y estúpido, que cree en el amor como algo que necesariamente le debe salir al frente. Así que, en su último programa dominical, el francotirador presenta a una chibola agraciada, que seguramente todos los hombres quisieran tirársela, hasta los que se horrorizan por la juventud de esta novia casi quinceañera.

El problema no es que Jaime se tire a esta mocosa. El problema es que Jaime quiere ser presidente, y para serlo nos vendió la siguiente idea: a diferencia de todos los políticos tradicionales, yo he tratado de ser consecuente con lo que pienso, y no me ha importado nunca ir contracorriente. Y si Jaime va a contracorriente, ¿por qué hace lo mismo que todo viejo mañoso que piensa que la única manera de que la juventud no se le escape es metiéndole el pene a cuanta chibola cojuda se lo permita?, y si nuestro héroe va contracorriente, ¿por qué el espectáculo patético de exponer a su chicha para que todos nos enteremos del viejo verde que es él? Ir contracorriente, en mi absoluta ingenuidad, pensé que era defender ideas libertarias, estar a la altura de aquellas ideas libertarias, renunciar a sus apetitos personales en favor de los intereses de toda la nación.

Jaime critica a Toledo por irse de putas, tener novias jovencísimas, ser un borracho asolapado y un mentiroso compulsivo. Pero Jaime es un viejo verde asqueroso, un tonto que aún cree en el amor de adolescentes, un pervertido que quiere demostrarles a todos que siendo marica es más macho que los que dicen ser machos.

Yo era un defensor de la candidatura de Jaime Bayly, pero ahora: ¿Por qué votar por él?
En nada se diferencia de los políticos tradicionales, pues es igual de mañoso y pervertido. Me lo imagino como aquellos que se compran un Ferrari en el Perú, y piensan: cholos de mierda, muéranse de envidia. El Ferrari en esta ocasión se llamaba Silvia, y en vez de envidia causaba pena.