lunes, 23 de agosto de 2010

Paul Fernández

Paul es extraño, aunque no más que yo. Todavía conservo aquel título egregio, sigo siendo el más extraño de mi casa, de mi barrio, talvez de mi ciudad, posiblemente de mi país y a falta de parangón, quizás del mundo. Pero Paul, a excepción de mí, es la persona más extraña que conozco, y aunque conozco a poca gente, creo esto, talvez porque soy un crédulo de excepción.

El humor de Paul es extraño. Trata a Víctor como si él le debiera algo y Víctor le responde como si le fuera a cobrar algo. Paul y Víctor gozan en joderse, aunque en esto, Paul usualmente tiene más éxito. Paul es extraño porque no es lo que aparenta, ya que cuando hablé por primera vez con Paul, pensé que era un tío tímido y cohibido, pero resultó siendo una persona cuyo humor es focalizado pero desenvuelto. He llegado a pensar que sólo yo entiendo sus bromas. Aunque talvez Karina también las entienda. Sin embargo pienso que no mucha gente lo hace, solamente aquellos tan extraños como él. Karina también es extraña, pero de ella hablaré en otro post.

Paul, Víctor y Karina son extraños, pero Paul es el más extraño, aunque no más extraño que yo. El humor de Paul es infrecuente, me gusta conversar con él, o mejor dicho me gusta escuchar como jode a Víctor, me gusta cuando pone sus vídeos en inglés con mensajes subliminales en español, como una de Moby: Why does my heart feel so bad?, el cual supuestamente dice ¿Cuál es mejor? ¿Gris o beige?
No puedo decir que alguien como Paul este en todos lados. Ciertamente, he conocido un montón de locos desquiciados, pero Paul es otro tipo de loco, es un loco agradable, su humor no es el fácil, sino el que te deja pensativo. Yo lo conocí y al inicio me parecía que era un sobrado, todos en el salón lo pensábamos. Estudio en la UPC en un programa llamado EPE. Para integrarnos fuimos a jugar fútbol, le dijimos para ir, pero el respondió que no le gustaba el fútbol. Sí, lo sé, ya había dicho que Paul es extraño.

Creo que Paul tiene algún desorden del sueño, lo que lo hace más extraño, en plena clase, sobre todo de matemáticas, súbitamente se quedaba dormido. A Paul le gusta dormir en clase, es más, a mí me ha comentado que duerme mejor en clase que en su propia cama. Yo lo he intentado, pero creo que no soy tan extraño para dormirme en una carpeta. Hasta ronca cuando duerme.

Me agrada Paul porque, aunque la educación que ha recibido no estuvo centrada en letras, tiene bastante habilidad para pensar y reflexionar, creo que le hubiera ido muy bien si hubiera estudiado algo de ciencias humanas o sociales. Paul es una caja china, saca sorpresas increíbles. Paul no es retraído. Paul es bastante desenvuelto si lo sabes entender. Paul me agrada porque es extraño. Porque es poco común. Porque siento que no es hipócrita.

Al inicio pensé que Paul y Karina eran enamorados, porque Paul solo hablaba con ella. Después me di tiempo para conocerlos y comprobé que no eran enamorados, sino que buenos amigos. Recién se habían conocido en ese ciclo y se compenetraron, ya que ambos vieron en el otro lo que yo no había visto, sino hasta después. Yo conocí primero a Víctor, que también es extraño, pero menos que Paul y más que Karina. Los cuatro formamos un grupo para un curso llamado Seminario de Investigación y me sentí muy augusto con ellos, aunque hubiera sido mejor si Víctor no hubiera copiado su parte de otros autores, por aquello casi nos eliminan del curso. Me sentí bien con Karina. Me sentí bien con Paul. Todos somos extraños, de diferente manera, pero extraños al fin y al cabo. Yo el primero, Paul el segundo, Víctor el tercero, Karina la cuarta.

viernes, 20 de agosto de 2010

Jugando a las escondidas

F es mi primo. N es su ex enamorada. N y F se quieren, pero no están juntos. Muchas otras personas no se quieren, pero están juntas. F dice no tener pretensiones. N utiliza una metáfora críptica para desatar al monstruo que duerme. F es el monstruo que duerme, pero su falta de persistencia, su desgano agónico, lo mantienen como espectador del Facebook, a veces comenta, pero siempre se pregunta:

- N, ¿qué pretendes ahora?

N diría, pretendo que no pienses más que en mí. F está saturado, no cree que el amor sea como en Las desventuras del joven Werther, el amar tanto hace daño y el amor se termina volviendo una acción contraproducente. F y N están jugando a las escondidas, queriéndose a la distancia, deseando estar juntos, pero lo difícil del amor en estos tiempos es sobreponerse al ego.

Si yo fuera F, le diría a N que siento mucho ser tan idiota, que a partir de ahora me voy a preocupar más por ella, que voy a dejar de ser tan indiferente. Si yo fuera F, haría esto porque en el fondo sé que N es una buena chica, inteligente y simpática, y aunque un poco histérica, vale la pena seguir pa’ lante. Si yo fuera N, me disculparía por ser tan histérica, tan perfeccionista, tan empática, le diría que a partir de ahora trataría de decirle qué me molesta y no lo dejaría solo cuando se trata de descifrar mis estados de ánimo. Haría esto porque sé que F me hace sentir segura, protegida y por breves momentos, los cuáles me gustaría prolongar, muy querida.

F y N deberían estar juntos y dejarse de cojudeces. Creo que las claves del éxito de una relación son 1) la comunicación y 2) la tolerancia. Con respecto a la comunicación, F se queja de que N nunca le dice qué le pasa y se molesta sin decirle el porqué. Con respecto a la Tolerancia, N y F opinan pestes de la religión del otro. Esto hizo que N y F no pudieran construir una relación sólida, porque ni se comunicaron ni se toleraron. ¿Es que el amor no lo puede todo? ¿Es que el amor no es suficiente?

Yo conozco bastante a F y el me dijo que quiere mucho a N, jamás me había dicho algo así. Yo estoy seguro que F sigue enamorado de N, pero su ego es muy grande para pedir disculpas y aceptar que ha fallado. Por los comentarios de N en Facebook, me doy cuenta de que quiere todavía a F, pero también su ego es muy grande para pedir disculpas y aceptar que ha fallado. N y F están jugando a las escondidas. N y F están apesadumbrados. N y F son parcos, lacónicos. Deberían decirse la verdad sincera y redonda. Evitar el sarcasmo puro, porque del amor al odio… No sería justo que terminen odiándose.

Si N y F no están juntos ahora, no es por falta de amor, sino porque no supieron comprenderse, dialogar, tolerarse. Una relación de pareja no es nada fácil. Mi esposa y yo somos muy felices. No digo ni que yo sea una mansa paloma ni que mi esposa es un angelito. Ella tiene ciertas actitudes que me desquician y yo soy fosforito. Pero hemos sabido doblegar nuestros egos, hemos decidido permanecer juntos y lo estamos logrando. No digo que lo hemos logrado, porque eso sería conformarse, siempre hay más por hacer.

Yo deseo sinceramente que N y F estén juntos otra vez. Si N quiere a F, todo lo demás queda en segundo plano, justos no tienen que pagar por pecadores, cada quien busca su destino, me refiero a la familia de N. Si F quiere a N, todo lo demás queda en segundo plano, no hay unión más sagrada que la que forman una mujer y hombre en busca de su felicidad, me refiero a la familia de F.

Si ambos se quieren, por favor, dejen de jugar a las escondidas.

martes, 17 de agosto de 2010

Estoy en huelga

Estoy en huelga de hambre, estoy en huelga de palabras, estoy en huelga de ganas, de omisiones, de elisiones, en huelga de seres fantásticos, de dolores, de pensamientos subalternos, de mujeres histéricas, de colores fuertes, de miradas que se resguardan en el calor del desván. Estoy mirando el reloj que se desliza a una velocidad inaudita. Estoy mirando las escaleras que se pierden mientras bajan. Estoy oliendo el pavimento que consume nuestro mundo, silencioso.

Estoy en huelga de vacas, de cerdos, de venados, de animales de granja. Estoy en huelga de matar, de dormir, de jugar, de llorar, de gritar. Estoy en huelga del aborto, de los nacimientos, de los poemas y de las historias. Estoy en huelga del equipaje, de las maletas, de pagar impuestos, de trabajar, de escribir mil palabras por minuto, tres mil palabras por segundo, de aguantar la respiración, de reanudarla. Estoy en huelga de mí mismo, protesto contra mí mismo.

Y sin embargo, esta sensación espuria, este nacimiento que me evade como un acróbata, son las terminaciones nerviosas de los miles de inventarios judiciales, flexiones de ángulos opuestos, como las manijas del reloj hacia el este y norte, sin la posibilidad de una curvatura que nos brinde la aproximación.

En la actividad absoluta del que deshace los gritos agónicos del fin, estoy en huelga de palabras, lánguido como el cielo y sus delicadas maniobras que enarbolan mi color, mis vértebras adoloridas. Asfixio la posibilidad, el prometer, el sustantivo, la religión suprema que nos ha llevado a estos desencuentros.

No existe nada, progresamos a la velocidad que nos impone el destino. Sin la medicina moderna ya hubiera muerto. Ya hubiéramos muerto muchos. Mi generación es una colección de epitafios. Mi generación ha sido destruida sin que haya nacido.

Estoy en huelga de palabras, de más palabras…

viernes, 13 de agosto de 2010

Canto por Jiménez

Odio España por ser cristiana

Amo España por ser cuna de María Jiménez

Odio España por parir españoles

Amo España por haber parido a María Jiménez

Odio España por sus guerras fuera de España

Amo España, sólo por María.


Entre odio y amo, prefiero amar la mejor voz del mundo

La mejor voz de mi mundo

Chiquito, pequeño, inocente y pretérito

Entre yo odio, prefiero que tú ames

Prefiero dirimir nuestras diferencias en rendición.


Amo España, porque es mejor rendirse al amor

Odio España, aunque la ilógica no sea mi curso fuerte

Amo tu amor y odio este sentimiento triple

Entre tú, yo y el destino.

Si pudiera me despojaría de este odio

Si pudiera te rendiría culto

Me dolería tu dolor

Te reviviría

el que habla, el que canta

Mataría al que odia España y premiaría al que la ama

Haría de los dados amigos de mi copa

Amaría tus pies

Arriconaría tus manos

Te hablaría de que el amor partió del odio

Y que el odio quedó en desuso.


Odio España, mi querida María

Odio España como un Nazi a un judío

Odio España como un banquero a los comunistas

Odio España como la Antárdida al cambio climático.


Amo España como Dante a su amada

Amo España como Vallejo a España

Amo España porque tu voz es española

Amo España con un amor obsceno, mi querida María.

viernes, 6 de agosto de 2010

¿Progreso?

La idea que voy a defender en este post es que el artículo publicado por el presidente Alan García Pérez en el diario El Comercio en el 2007, titulado El síndrome del perro del hortelano, no puede ser definida como una idea progresista ni como una visión particular de progreso, sino todo lo contrario, como una idea retrograda, y por lo tanto, antiprogresista.

Progreso usualmente se define como aquello que representa una mejoría. Esta definición, aunque parezca para muchos clara y satisfactoria, realmente no lo es. Cuando nos referimos a un estado mejor, lo hacemos con respecto a la comparación entre un hoy y un ayer. Es decir, cuando decimos que hemos progresado nos referimos a que estamos mejor hoy de lo que estuvimos ayer. Por lo tanto, progresaré, que es el futuro imperfecto de progresar, significa que estaremos mejor mañana de lo que estamos hoy. Para definir progreso, entonces, tenemos que definir qué es estar mejor, y todo qué debe ser expresado por un quién; por lo tanto, el progreso solo podrá ser definido por un quién particular.

Otro problema que trae la comprensión de la palabra progreso, eludiendo el problema de quién según qué valores va a priorizar qué cosas, es si podemos establecer una concepción de progreso que sea ética (como sinónimo de bueno). Si nos imaginamos que alguien expresa una concepción de progreso inmoral, por ejemplo, progreso es matar a los judíos, como lo hizo Hitler, nos daremos cuenta que por definición, esta última idea es imposible, ya que si hacemos de la palabra progreso una acción éticamente inválida, nos desviamos del sentido que queremos asignarle a la palabra progreso como algo bueno. El progreso, entonces, en un sentido político, debería implicar una acción que se acerca cada vez más a lo que es justo, y lo justo debe construirse como dice Santiago Alfaro, dentro de un Estado-nacional, pero no del antiguo Estado-nacional, sino de uno que afirme 1) el repudio a la vieja idea de que el estado es posesión de un solo grupo, 2) el rechazo de las políticas de reconstrucción nacional a partir de una sola cosmovisión y 3) el reconocimiento de la injusticia históricamente cometida, esto en referencia a la discriminación y violencia que hemos ejercido a los pueblos más vulnerables.

Después de lo expresado, y con respecto a lo ocurrido en Bagua (hace más de un año de aquello), no creo que el Estado peruano tenga una idea de progreso, porque considero que una idea de progreso no pueda ser éticamente inválida. Para demostrar esta última aseveración me centraré en lo que mencioné líneas arriba: “el reconocimiento de la injusticia históricamente cometida”. Se menciona en la frase anterior la palabra injusticia. Santiago Alfaro nos dice que para construir una mejor ciudadanía (progreso) tenemos que reconocer lo que fue injusto; es decir, lo que no era justo. Una idea de progreso no puede propugnar una idea injusta. No podemos decir que una idea de progreso es mantener una monocultura, racista y clasista. Nelson Manrique refiere, en unos de sus libros, esta actitud en el Estado Peruano, donde ser indio es sinónimo de sucio e ignorante.

El perro del hortelano, propuesta del presidente Alan García para una reconstrucción nacional, no puede ser una idea progresista, si en primer lugar, no empezamos por reconocer que el problema de discriminación y sometimiento fue originado por una clase dominante que vio al indio como un ser marginal. No podemos construir un país moderno con el Estado-nacional antiguo. Toda aquella idea de progreso debe estar inscrita en una perspectiva de multiculturalismo e interculturalidad. Cuando decimos que progreso es aquella vieja idea ilustrada de homogenización, lo que hemos expresado es una idea de antiprogreso, por llamarla de alguna manera.

En el enlace de abajo podemos leer el artículo titulado El perro del hortelano, publicado en el diario El comercio por el presidente Alan García Pérez.

martes, 3 de agosto de 2010

Bésala ya

En la tercera acepción que figura en el DRAE, badulaque es un adjetivo que significa persona necia y/o inconsistente, quedémonos con persona necia. Un adjetivo calificativo expresa una cualidad de alguna entidad. Badulaque, entonces, es un adjetivo que va a acompañar a un nombre pero que puede ser accidental o esencial. Es decir, una persona puede ser un badulaque en un momento dado, pero no serlo en la mayor parte de su vida y otra persona puede ser un badulaque esencialmente, un badulaque a tiempo completo, a tal punto que si dejara de ser un badulaque se sentiría otra persona, no sé si mejor o peor, pero, otra persona.

Ganso, en su tercera acepción, es un adjetivo que significa hombre malcriado, torpe e incapaz. Dejemos de lado malcriado y centrémonos en torpe e incapaz. Por otro lado, amartelamiento es un nombre masculino que significa exceso de galantería o rendimiento amoroso, de aquí, amartelado es un adjetivo que implica o demuestra amartelamiento. Es decir, un hombre amartelado es aquella persona que por exceso de galantería se vuelve un badulaque y un ganso esencial. Badulaque, porque toda su parafernalia verbal convierte su intento amoroso en una tropelía, en una ilusión, en una falsa apariencia, lo que lo convierte en una persona necia, ya que como dice Victoria Santa Cruz, toda exhuberancia esconde una carencia, y es que el exceso de galantería es una acción contraproducente que te lleva a la bofetada (como sabiamente nos dicen Los bacilos). Ganso, porque esta actitud nos lleva a ser tan torpes y tan incapaces que jamás obtenemos lo que queremos, no solamente besar a la chica más deseada de todas, sino todo lo que viene detrás, las caricias y, después de un tiempo, si te vi alguna vez, ya no te recuerdo.

Los bacilos nos recomiendan que besemos ya a aquella chica que nos gusta y que, en buena jerga criolla, dejemos de florearla, que le metamos mano. Yo soy recontra Ganso y recontra Badulaque, pero no soy un amartelado, yo padezco, como el Dr. Rajesh Ramayan Koothrappali, personaje de ficción de The Big Bang Theory, de mutismo selectivo. Pero tanto los amartelados como los que son como yo, no logramos nuestro objetivo que es conquistar a una chica, besarla. James Bond, por ejemplo, es una mierda, generalmente después de haberle dicho dos frases previas a una chica de infarto, le baja el calzón si es que ella ya no se lo ha bajado previamente, y aunque la franquicia original de James Bond no es pornográfica, si esta lo fuera, de ahí continuaría un coito furioso y salvaje, y poco después, si te vi no me acuerdo, disculpa que voy a poner mis órganos sexuales en otro hueco.

Toda aquella tontería de enamorar a una chica aprendiéndose poemas, siendo delicado, siendo atento, no sirve para nada. He aprendido que lo que las chicas quieren es que le muestres el menos interés posible, ya que el poco interés de tu parte es inversamente proporcional al interés que ella va a sentir por ti. ¿Quieres levantarte a la chica más simpática del cole, de la universidad, del barrio, del trabajo? Trátala como una chica más, que te sea indiferente, háblale pero no muestres excesivo interés, deja el floro innecesario y ve de frente a los labios, muéstrate seguro, que no te importe mucho ella y que más te importe el momento. No sé por qué, no sé cómo, pero aquello funciona.